sábado, 28 de abril de 2012

"NICO" CISNEROS GARABITO


"NICO" CISNEROS GARABITOEntre tintas y "tintos"

Por Manuel Acosta Ojeda

El periodismo no fue ajeno a la música popular peruana. Y no nos referimos únicamente a las noches de bohemia y jarana, sino a que varios cronistas, como Nicolás Cisneros, fueron inspirados autores de valses y marineras.

El periodismo nacional ha sido y sigue siendo egoístamente centralista –con pocas y honrosas excepciones–, como si Lima fuera el Perú. En tal sentido, recuerdo que por 1940 existían, en clara competencia, tres diarios principales: El Comercio , de la familia Miró Quesada, La Prensa , de Pedro Beltrán Espantoso, y La Crónica, del Imperio Prado.

Este último, en la década de 1950, tuvo tres ediciones diarias, además de un suplemento dominical. Su local funcionaba en la actual cuadra 2 de la avenida Tacna (Calle del Huevo), donde también funcionaba la radioemisora del mismo nombre.

Por intermedio de Eduardo Márquez Talledo, conocí a Nicolás Cisneros, conocido como "Nico", quien trabajaba allí y que en lo referente a nuestra música popular y tradicional era el más querido y cercano escritor a los cultores de este arte.

Interesado, como pocos, en contar la verdadera historia, no solo de nuestra canción, sino de nuestros costumbrismos, limeños y nacionales.

Con un automóvil y un fotógrafo de  La Crónica , visitaba a innumerables cantantes, instrumentistas, compositores, bailarines, cocineras, pintores, editores de cancioneros, historiadores y a todo personaje que tuviera algo que ver con tradiciones populares, sobre todo limeñas.

Nació en Lima el 13 de octubre de 1917, descendiente de una familia cuyos niños nacían "con su periódico bajo el brazo" (1). Su hermano Paco Cisneros era un dibujante muy solicitado por revistas y suplementos especializados. El hijo de su hermano mayor es el laureado poeta Antonio Cisneros. Entre sus antepasados se recuerda a los poetas: Luis Benjamín Cisneros (1837-1906) y Luis Fernán Cisneros Bustamante (1882-1954).

Nunca me hubiera enterado de las posibilidades poéticas de "Nico" de no ser por Eloísa Angulo Mansilla, primera voz del dúo Las Criollitas. Filomeno Ormeño tocaba a cuatro manos con Lucho de la Cuba, entre otros, un valse de melodías muy bellas y por esa época solo lo escuché cantar por la mencionada Eloísa, me estoy refiriendo al valse "La idolatría".

Ella me contó que lo aprendió de Luciano Huambachano, quien –entre risas– dijo que la letra se escribió en la mesa de un bar, entre él y "Nico".

La idolatría
es signo del amor.
El culto nos lo da,
el ser que tanto adoré.
Y tanto en ruego pedí,
hasta que al fin
pude convencer /...

La música de esta obra pertenece a don Óscar Molina Peña, nacido en Los Barrios Altos de Lima, en 1876. Se dice que este valse fue compuesto para piano en 1906 y llevado a la partitura por el músico Romualdo Alva, historia de la que nos ocuparemos más adelante.

Con partes de Las Tradiciones Peruanas de Ricardo Palma, construyó los siguientes versos, que fueron musicalizados por Alcides Carreño, en ritmo de marinera norteña y llevado al disco por Eloísa Angulo.

"Araña quién te arañó"
Yo te conozco melón
desde cuando eras pepita.
No te acuerdas remolón
cuando llorabas por Rita,
si ella no te enterró
fue porque de hambre murió.
Unos mueren de amores
y otros de olvido.
Qué tanto brinco cangrejo
cuando el suelo está parejo.
Araña quién te arañó
una araña como yo.
Cerremos la discusión
oh! grandísimo melón
el pesca'o 'tá sin vender
y ya es hora de beber.
Al otro lado del río
mi hijito llora
porque se le ha perdido
el ser que adora.

Abelardo Vásquez Díaz musicalizó como pregón limeño los versos que escribiera Nico con el título de "Pan de Dulce", y que empiezan así:

Pan de dulce
Pan divino
Pan de exquisito sabor
Hecho con mieles de amor
De algún panal peregrino /...

……
(1) Frase jocosa dicha por don Luis Jaime Cisneros 
Hamann.
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Tomado del Suplemento Variedades N° 247 del diario El Peruano

Idolatria - Eloisa Angulo



Araña, quién te arañó - Eloisa Angulo



sábado, 14 de abril de 2012

Adiós, pueblo de Ayacucho


¡PERLASCHALLAY!
Adiós, pueblo de Ayacucho

Por Manuel Acosta Ojeda

Es la canción emblemática de todo ayacuchano. Poco se sabe sobre su origen, pero, sin duda, es muy popular y forma parte de la tradición musical de ese pueblo. Un tema que ha trascendido en el tiempo.


Todas las canciones populares, transmiten un profundo sentimiento. Me refiero a las canciones "no comerciales". A las sinceras. A las que se escriben, pensando en el pueblo. Las canciones de nuestra cordillera, comunican una pena de siglos. Tal vez la más sentida de todas, sea Adiós, pueblo de Ayacucho,la cual, sin temor a equivocarme, es el himno de esa hermosa ciudad. También la he escuchado llamar Perlaschallay. Según los viejos ayacuchanos, este tema es muy antiguo. Pertenecería a finales del siglo XIX o principios del XX. Y el mismo Estanislao "Tani" Medina, a quien el pueblo reconoce como propietario de la canción, negó ser su autor. Dijo que la había escuchado, siendo un niño todavía. Con los años y acompañado de su arpa, "Tani" la difundió por todo el Perú, sin existir presentación artística alguna de este gran maestro, donde se tocara dicho huaino. En los desaparecidos concursos de la Fiesta de San Juan de Amancaes, en el Rímac, el buen "Tani" ganó, en 1930, con el huaino que le abriría las puertas de la difícil Lima de la época. Luego llevó la obra musical anónima al disco VE 30150 del sello Víctor, correspondiente a los discos que fueron grabados por los ganadores en ese año.

Hay muchas versiones -algo románticas- sobre los orígenes de esta obra musical. Existen muchas interrogantes sobre ¿de cuándo data?, ¿quién la hizo?, ¿por qué motivo? o ¿dónde se hizo? Pregunté a varios músicos mayores, ya fallecidos, pero nadie tenía certeza, me contaban lo que habían escuchado.

Las versiones más aceptables son dos. Una me la contó don Florencio Coronado, en una entrevista para Radio Nacional del Perú sostuvo que fue dedicada a la victoria de los patriotas sobre los realistas en la Batalla de Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824. Pero hay otra que históricamente tiene más solvencia. Cuentan que don Andrés Avelino Cáceres, -el héroe máximo de la Breña, personaje  infinitamente querido por las clases más humildes de los Andes-, sirvió de inspiración para este clásico andino. 

Cáceres tuvo dos gobiernos presidenciales (1886-1890) (1894-1895), de los que no salió bien librado La alta sociedad se encargó de que el desencanto hacia el "Brujo de los Andes" creciera como el sol andino en alborada.

El 17 de mayo de 1895, se da lugar al enfrentamiento armado decisivo, el que dejó un penoso saldo de mil peruanos muertos, entre caceristas y pierolistas. Obligando al desprestigiado Cáceres a renunciar a la Presidencia. Ocupó el Palacio de Gobierno, Nicolás de Piérola, iniciándose la República Aristocrática, como la llamara Jorge Basadre.

Derrotado, volvió a su terruño (1), pero no fue bien recibido. Dolido, tuvo que emprender la ruta de regreso. Dicen que cuando cruzaba los caminos de Huancavelica, un paisano ayacuchano, hizo estos versos, como si fuera el mismo "Taytacha" Cáceres, quien partió del Perú hacia Buenos Aires, donde radicaría por unos cuantos años.

Este emblemático huaino, tiene varias versiones. Aquí transcribimos solo una.

Adiós pueblo de Ayacucho, Perlaschallay.
Tierra donde yo he nacido, perlaschallay.
Ciertas malas voluntades, perlaschallay.
Hacen que yo me retire, perlaschallay.

Pagarinsi ripuchiani Perlaschallay.
Manapita adiósnispa perlaschallay.
Causaspaycha kutimusaq perlaschallay.
Huañuspayga manañacha perlaschallay.

Adiós pueblo de Ayacucho perlaschallay.
Donde he padecido tanto, perlaschallay.
Por más lejos que me vaya, perlaschallay.
Nunca podré olvidarte, perlaschallay.

La parte en quechua dice:

Mañana me voy/ sin despedirme de 
nadie,/ si vivo, volveré/ si muero, ya no.
Adiós pueblo de Ayacucho,/ mírame, 
ya me voy / por más lejos que me 
encuentre, nunca podré olvidarte.

……
(1) Nació en el distrito de Orcos, Ayacucho, un 10 de 
noviembre de 1836.

Tomado del Suplemento Variedades del diario El Peruano


ADIOS PUEBLO DE AYACUCHO - ESTANISLAO "TANI MEDINA" 
Lado B del Disco Victor VE 30150



ADIOS PUEBLO DE AYACUCHO - RAÚL GARCÍA ZÁRATE









domingo, 8 de abril de 2012

GUITARRA CHOLA


GUITARRA CHOLA
Hecha en el Perú

Por Manuel Acosta Ojeda

Si bien su origen es europeo, la guitarra peruana tiene identidad propia y es uno de los símbolos musicales del Perú, adaptándose a las vivencias del hombre peruano y a ello contribuyeron ingeniosos constructores como Abraham Falcón.

Este suelo es un hogar de guitarristas y de guitarras. No sabemos quién haría la primera guitarra peruana. Lo que sí sabemos es que tuvieron mucho prestigio. Hasta que el consumismo, antinacional y extranjerizante, hizo que la guitarra peruana pase al olvido.

Hace unos 60 años se hablaba con admiración de una guitarra arequipeña; tuvimos magníficos constructores –no fabricantes–, en todo el país. En nuestra capital, Lima, eran muy estimadas por la década de 1940 las guitarras "Huertas". Su hijo Alejandro siguió el camino de su padre. Pero había un constructor de quien se hablaba en voz baja. Era don Federico Fajardo, se decía en el "ambiente" que cobraba "carísimo". Lo cierto era que construía una guitarra por año, con increíble cariño y una paciencia paternal. Sólo cobraba por su trabajo.

Conocido era también el nombre de Rómulo Alaluna. Después saldría don Abraham Falcón García, con quien me une una enorme amistad, desde mis primeros 25 años. "Tan fuerte como el cañazo", hombre sencillo, que gusta mucho de la bohemia. Andábamos Carlos Hayre, Pablo Casas, Abraham y algunos amigos del barrio con "chapas" muy curiosas.

Recuerdo que por 1967 ó 1968, Abraham se "pintó de cuerpo entero". Sus guitarras ya eran conocidas. Y decidió hacer una gira de promoción. Invitó, nada menos, que al maestro Juan Britto Ventura, profesor de guitarra en el Conservatorio Nacional de Música y a un servidor, para que se encargara de la parte hablada. Viajamos por Lobitos –donde empezó–, Talara, Piura, Chiclayo y Trujillo. En el campamento petrolero de Lobitos hacía 32° C. a la sombra.

El maestro Britto había preparado un programa impecable; obras de las llamadas "barrocas", españolas, sudamericanas y peruanas.

Yo, me había leído todo lo posible sobre la historia de la guitarra, pero el público era tan sencillo, tan entusiasta, que me pareció incorrecto aburrirlos con una conferencia. Presenté al maestro Britto y pedí al público permiso para que don Juan se quitara el "michi", del esmoquin. En la segunda parte del recital, el calor había aumentado a 36°, por lo que con otro aplauso hicimos que el maestro se quitara el saco. La gente –todos en guayabera– aplaudía de pie. Abraham no vendió ni una guitarra, pero estaba feliz.

Y así recorrimos el norte, dándonos encontrones con los "burromaestres", que no colaboraron en nada. Pero Falcón, jamás se quejó. Cuánto dinero gastó o perdió, no lo sé. Solo sé que dejó gratísimos recuerdos, sobre todo en Piura. Obsequió varias guitarras después de cada presentación; los requisitos para recibir el regalo eran: ser joven, tocar bien la guitarra y ser de bajos recursos económicos.

La calidad humana de Abraham Falcón García es muy poco conocida. En su taller de Luna Pizarro, en el distrito de La Victoria, se daban cita muchos guitarristas consagrados y otros, que luego lo serían.

Las guitarras Falcón se han paseado por el mundo en las manos de Raúl García Zarate, Carlos Hayre Ramírez, Daniel Kirhuayo, Carlos Montañés Campos, Vicente Vásquez Díaz, Pepe Torres Ventocilla, Rafael Amaranto Castillo.

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Tomado del Suplemento Variedades del Diario El Peruano


Taller de construcción de la Guitarra Peruana de Concierto (Abraham Falcon)

















Guitarra Peruana." Vírgenes del Sol".Raúl García Zárate


Guitarra Peruana.Juan Britto Ventura.

Aquí el enlace del Maestro Juan Britto Ventura





jueves, 5 de abril de 2012

LA HABANERA O DANZA-CANCIÓN

"EL PAYANDÉ", ESCRITO A FINES DEL SIGLO XIX
La habanera o danza–canción

Por Manuel Acosta Ojeda

En sus orígenes, la música criolla dejaba notar la influencia de los ritmos que llegaban del exterior. Una canción que testimonia esa época es "El Payandé". Interpretada en sus inicios a ritmo aligerado, semejante a un danzón, con el tiempo se hizo más lenta.

La versión que durante mucho tiempo circuló por Lima, y fue aceptada por mucha gente del "ambiente", venía de labios de don Manuel Quintana Olivares (1), quien contaba que los peruanos que volvieron de Panamá, en 1893, luego del fracaso del francés Ferdinand de Lesseps –quien quiso construir el Canal de Panamá, desde 1888 hasta el año de 1892–, nos trajeron las primeras "habaneras", a las que también llamaban: "danza" o "danza-canción".

Esta versión ha sido desechada, por el tiempo y por los estudiosos de la canción y danza sudamericanas, que han demostrado que la "habanera", ya se conocía en la capital del Perú desde mucho tiempo atrás y, como lo dice Carlos Vega, antes de 1860.

Llegaría a Lima con las compañías de Zarzuela y las del llamado género "chico", en las que estaba la "zarzuelita". Está, pues, descartado que viniera a finales del siglo XIX, pero lo que sí es probable es que trajeran la forma de bailarla, ya que en la zarzuela solo se cantaba.

Su principal antepasado es la "contredanse" francesa, que llegaría a Cuba en 1800, convirtiéndose en un rotundo éxito. Luego de ser aceptada, es adoptada, iniciando su proceso de transformación, absorbiendo los sabores musicales y literarios de la isla, tropicalizándose. Con el nombre, ya recortado, de "danza" y también llamada "habanera", viajó y conquistó a toda Latinoamérica. Obteniendo su consagración final al volver a su continente original, a pesar de sus notables cambios.

"Tal vez nadie hizo tanto por su difusión, como Sebastián Iradier, un vasco que vivió en Cuba y murió hacia 1865. Se le recuerda como autor (aunque acaso no hizo más que transcribirla) de "La Paloma" y de la habanera que Biset adaptó en Carmen." (2)

La más antigua por este suelo, de autores conocidos, con música peruana, pero con letra de un colombiano, sería: "El Payandé", de Luis E. Albertini y Vicente Holguín, que fuera grabada por el legendario dúo Montes y Manrique en las hoy centenarias grabaciones en Nueva York, en 1911. El ritmo de su primera grabación se acerca más a un danzón, recordando que se bailaba. Las demás grabaciones, por hacerla –tal vez– más elegante, la han cantado, cada vez más lenta.La letra ha sufrido muchos cambios a través del tiempo, donde se le han quitado y aumentado estrofas. Aquí les mostramos una versión de 1892, del Cancionero Popular. Aurelio Collantes da fe, de una impresión de 1882, de Isidro Laverde Amaya, que aún no conseguimos.

EL PAYANDÉ

Nací en las playas del Magdalena
Bajo las sombras de un payandé,
Como mi madre fue negra esclava
Pues yo la marca también saqué.

¡Ay! Suerte la mía, cargar cadenas
y ser esclavo de un vil señor.

Por la mañana cuando amanece
Salgo al trabajo con mi azadón,
Como a tasajos plátano asado,
Riego la tierra con mi sudor.
Bajo la sombra de una palmera
Voy a ocultarme de ardiente sol.

Látigo fiero cae en mi espalda
Y me recuerda que esclavo soy.
Como pudiera lograr la entrada
Para vengarme de mi señor;
Como yo viera su cara airada
Yo le arrancaré su corazón.

Mi pobre padre también fue esclavo
Llevó la misma suerte que yo,
Mi buena madre en resto yace
El único hijo que queda, yo.

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Tomado del Suplemento Variedades N° 243 del diario El Peruano (19/09/2011)



MONTES Y MANRIQUE - EL PAYANDE (1911)