domingo, 27 de febrero de 2011

CANCION DE FE

Tomad de la página Promúsica Peruanahttp://home.snafu.de/angelam/Mao-cd.htm

CANCIÓN DE FE

"Pero hay otra canción que difícilmente se oye: Canción de fe, de Manuel Acosta Ojeda, que al escucharla Brassens o Pinglo, desde donde se encuentren, sabrán que el mensaje está escrito con el mismo idioma del espíritu universal, del ritmo interior, que sostiene la creación de los grandes bardos. Dice Manuel Acosta: 'Yo creo que algún día, / la espina se hará rosa, / y se hará luz la duda / y el hambre se hará pan. / Yo creo que algún día, / se morirá la muerte, / y será la moneda / de amor y de verdad. // Ese día el hombre / será de color alma, / el odio, arrepentido, / querrá volverse amor. / Los niños tendrán risa, / los hombres tendrán paz, / Dios se volverá hombre / y así se quedará.' Este poema es más que una súplica; involucra muchísimo más que un rezo; es una demanda a la sociedad, al ser humano".

José Antonio Bravo (Diario El Peruano. Lima, 30 julio 2002)



"Desde muy niño empecé a entender la música, mi padre, don Alejandro Acosta Flores, además de cantar con mi tío Estanislao, cantaba con mi madre, doña María Luisa Ojeda Cutimbo, que le hacía una hermosa 'segunda voz'. Por esa época, 1930, no habían 'solistas' para la canción popular, todo se cantaba en dúo: 'marineras', 'yaravíes', 'tonderos', 'huaynos', 'valses'. En las radioemisoras se escuchaba buena musíca. A los 8 años comencé a cantar con mi padre en los sindicatos y escuchaba las denuncias de los trabajadores contra el gobiemo del general Oscar R. Benavides. Conocí pues muy temprano, lo que era amar a la belleza y odiar a la injusticia. Por 1950, gracias a mi compadre Carlos Hayre, conocí todos los barrios viejos de Lima y Callao, y a personajes de la música criolla nacidos antes del gran maestro Felipe Pinglo. De ellos aprendí que la canción criolla no sólo sirve para bailar, también puede hacer pensar. Esta es la primera grabación de larga duración en la que canto con 71 años de voz, mis canciones. El 70 % de mis más de mil obras musicales, poco trabajo para más de 50 años, son valses. Las demás, abarcan todos los ritmos conocidos de nuestra costa; bastantes de nuestros andes y algunos de nuestra selva. Conozco casi todos los pueblos de nuestra patria y varios paises de América Latina y Europa. Han elogiado mi obra, prestigiosos intelectuales en numerosas publicaciones del Perú y el extranjero, que he omitido pues prefiero que quienes oigan mis canciones no sean manipulados por recomendaciones. He recibido muchas distinciones y trofeos, que jamás me han envanecido, pues nadie puede dar lo que no tiene y todo lo que he creado lo aprendí de mi pueblo. Mis valses criollos los enriquece la primera guitarra de Adolfo Zelada Arteaga, que junto a Oscar Avilés Arcos, es el único de los grandes guitarristas que conservan el sabor antiguo. Para mis valses melódicos toca Octavio Tícona Paredes que les aplica armonías modemas, a los dos maestros los apoya la guitarra de Renzo Gil Bayona, a quien le he dado la oportunidad de que me acompañe, en primera y segunda guitarra, 4 valses, con la esperanza que se supere, pues aún le falta mucho pero tiene talento. Con la ayuda de mi hija Celeste estoy reuniendo toda la música y los artículos periodísticos que he escrito. Mí gratitud a las personas que estiman mis canciones y especialmente a Mario Cerrón Fetta."

Manuel Acosta Ojeda



Contenido

  1. EN UN ATARDECER
    (Valse. Guitarra: Renzo Gil)

  2. RUMOR DE MANANTIALES
    (Valse. Guitarra: Octavio Ticona)

  3. MADRE
    (Valse. Guitarra: Renzo Gil)

  4. CARIÑO
    (Valse. Guitarra: Renzo Gil)

  5. SI TÚ ME QUISIERAS
    (Valse. Guitarra: Octavio Ticona)

  6. PUEDES IRTE
    (Valse. Guitarra: Adolfo Zelada)

  7. DULCE AGONÍA
    (Valse. Guitarra: Adolfo Zelada)

  8. ¿DÓNDE ESTÁS AMOR?
    (Valse. Guitarra: Adolfo Zelada)

  9. PARA QUE REINE EL AMOR
    (Valse. Guitarra: Octavio Ticona)

  10. HAY QUE SALVAR AL AMOR
    (Valse. Guitarra: Renzo Gil)

  11. ASÍ TE QUIERO
    (Valse. Guitarra: Adolfo Zelada)

  12. CHOLA LINDA
    (Valse. Guitarra: Adolfo Zelada)

  13. LA SOMBRA DE TU LUZ
    (Valse. Guitarra: Renzo Gil)

  14. MI NAVIDAD
    (Valse. Guitarra: Octavio Ticona)

  15. CELESTE
    (Valse. Guitarra: Octavio Ticona)

  16. CANCIÓN DE FE
    (Valse. Guitarra: Octavio Ticona)


ARTE Y SABIDURÍA DEL CRIOLLISMO


Tomado del Blog "Revista Literaria Azul@arte"

Manuel, Maestro

Manuel Acosta Ojeda. Arte y sabiduría del criollismo
de Marino Martínez Espinoza
Lima : ENSF "José María Arguedas", 2009, 260 p., il.
Serie "Historias de vida - Costa"


Hace años se esperaba un libro sobre Manuel Acosta Ojeda (1930). En sus presentaciones públicas se percibía el enorme caudal que guardaba acumulado en sus años de intensa vida como artista, pero sobretodo como ser humano empeñado en interpretar este entrañable y difícil país. No ha sido fácil para él, pues decir la verdad desde una posición de principios a través del arte, incomoda muchas veces a la institucionalidad. A pesar de todo, sus paisanos lo siguen, lo quieren, y aprecian sus canciones.

Esta publicación no es un trabajo con método científico, incluso es lo contrario, pues pone énfasis en el ser humano en primera persona, en sus distintos matices. Es una suma de testimonios sistematizados por Martínez según un criterio biográfico, con notas explicativas añadidas, dando la impresión final de dar un buen boceto, en modo alguno toda la amplitud de conocimiento que seguramente guarda Don Manuel en su vigorosa memoria. Son fragmentos importantes de su vida, desde su niñez hasta la actualidad. En ese boceto no hay sólo un "artista criollo", sino un poeta interesado en el fenómeno musical (por lo tanto, social) de todas las regiones del país, en su interaccion, su devenir histórico, sus crisis y sus proyecciones. Es por lo tanto, a su manera, un pensador propositivo lúcido y consecuente, algo bastante escaso de ver.

Se pueden encontrar en evocaciones breves, interesantes tópicos de estudio aún inéditos, como por ejemplo, la jerga criolla antigua, los golpes de guitarra en los barrios criollos tradicionales (cuenta que hoy en día sólo Carlos Hayre los conoce), la exagerada vida bohemia de muchos jaraneros, la importancia de Miguel Almenerio como patriarca anterior a los Ascuez, el aporte de la música árabe-morisca en la música criolla, por mencionar algunos. Dos de los artículos periodísticos transcritos tratan sobre temas relacionados de particular interés: "El yaraví arequipeño", y "La muliza, canción de los arrieros". También hay temas bastante estudiados, pero expuestos desde su propia visión: la trascendencia de Felipe Pinglo, el origen e identidad del valse criollo, lo afroperuano, la obra de Nicomedes Santa Cruz (cuyas teorías cuestiona), el origen e identidad de la -verdadera- marinera limeña o canto de jarana ("Este género merece un estudio científico porque es de una belleza para mí, insuperable" p.96), y los coliseos de los migrantes andinos. En un plano más ideológico, están los relatos de sus experiencias en Europa (70's), y sus reflexiones sobre la realidad socio-política del Perú. Al final, se han añadido los textos (originales) y partituras de 20 de sus mejores canciones.

Es importante destacar sus orígenes sureños: Don Alejandro era arequipeño, Doña María Luisa era moqueguana. De él oía cantar yaravíes, valses, tonderos y música argentina, chilena y boliviana que aprendió cuando trabajó en una salitrera de Iquique; de ella escuchaba huaynos, de su abuela, vidalas y habaneras, de su tío abuelo, marineras y resbalosas. Terminando el colegio conoció al guitarrista Carlos Hayre, y desde entonces hasta hoy, al margen de sus particulares trayectorias, han transitado juntos un camino de fecunda creación musical, renovando y enriqueciendo principalmente el valse criollo.

Su aporte es el del un testigo directo del fenómeno musical popular de una época marcada por profundos cambios (toda la segunda mitad del siglo XX hasta hoy). Una experiencia intensa unida a una lúcida reflexión hecha con honestidad, que ofrecen como resultado enseñanzas muy valiosas. En la parte poética es una totalidad, en la parte de las enseñanzas sobre el desarrollo musical en sus distintas facetas, la corroboración o complemento científico se hacen necesarios.

¿Cambiará Radio Nacional el horario de la versión andina del "Heraldo Musical"? Los domingos a las 4 de la mañana casi todos/as duermen. Es realmente una pena perdérselo.

// marcela cornejo
Contenido:
Cap. 1: Los orígenes
Cap. 2: El aprendizaje vital
Cap. 3: Felipe Pinglo Alva, el cantor de los humildes
Cap. 4: El valse
Cap. 5: Lo "afroperuano" en la cultura costeña
Cap. 6: La marinera limeña
Cap. 7: Los coliseos andinos en Lima y el nacimiento de un mito: Ima Sumac
Cap. 8: Recuerdos de Europa: Entre la bohemia y el aprendizaje
Cap. 9: Memorias del criollismo y reflexiones sobre el Perú y sus conflictos
Anexo 1: Conclusiones
Anexo 2: Artículos periodísticos escritos por Manuel Acosta Ojeda
Anexo 3: 20 canciones, textos y partituras.

Canciones incluídas en texto y partituras:

Madre (1954), En un atardecer (1955), Junto al río (1955), Rumor de manantiales (1955), Cariño (1956), Puedes irte (1956), Si tú me quisieras (1956), Celeste (1957), Dulce agonía (1957), Así te quiero (1958), Mi Navidad (1962), Canción de fé (1964), ¿Dónde estás amor? (1966), Chola linda (1971), Déjame estar en ti (1972), Para que reine el amor (1980), Atrévete a olvidarme (1981), La sombra de tu luz (1982), Hay que salvar el amor (1983), Mi familia (1989)

Audio
"Madre"
Canta Manuel Acosta Ojeda
Guitarra: Renzo Gil
CD: "Canción de Fé"


Tomado de blog del programa "Presencia Cultural"

sábado, 26 de febrero de 2011

LA FIESTA DE AMANCAES


LO QUE EL MAMBO SE LLEVÓ
LA FIESTA DE AMANCAES

Por Manuel Acosta Ojeda
Tomado del Suplemento Variedades de El Peruano 21/06/201Publicar entrada0

Hasta hace unos años, Amancaes era el punto de encuentro de la música peruana. En la famosa pampa se celebraba la fiesta de San Juan cada 24 de junio. Allí se juntaban cantantes, conjuntos y bailarines que interpretaban valses, huainos, marineras y otros géneros. Una fiesta de peruanidad.

Por 1980, el entonces alcalde del Rímac quiso recrear la muy hermosa y olvidada Fiesta de Amancaes y tuve el honor de ser el encargado de recuperar esta tradición. En la Municipalidad del Rímac no existían mayores datos; se nos informó que durante el gobierno municipal de Luis Bedoya Reyes habían sido trasladados al concejo metropolitano, donde tampoco los hayamos.

Basados nuevamente en la tradición oral, comunicada por personajes que actuaron en esa fiesta, supimos que en la segunda mitad de 1920 ganó dos veces el primer puesto el grupo conformado por los hermanos Ascues –en las voces–, Pancho Agüero –guitarra–, Arístides Ramírez –en el cajón–, Bartola Sancho Dávila –en el baile. Nos faltan dos nombres, la otra guitarra y la pareja de baile de Bartola.

Llegó desde el Puerto el Conjunto Musical Callao, dirigido por el laudista Víctor Irala; en la guitarra, el joven Eduardo Márquez Talledo, y el cajonero era Juan Peña Lobatón.
Este certamen concitó tal fama que rebaso los límites de Lima; como ejemplo les contamos que por 1928 don Nicanor Gonzales era alcalde de la ciudad de Piura, y este hizo viajar a Lima a los famosos "Cuyuscos", ya octogenarios, acompañando a la Rondalla Típica de Piura. El triunfo fue total en el concurso de música, canto y baile nacionales, organizado por el alcalde del Rímac, Juan Ríos Alvarado.

La Rondalla estaba integrada por Juan Aguirre Raygada –en la primera voz–, quien era también "Cuyusco"; Juan Requena Castro, Pedro Talledo Carrión, Roberto Vásquez de Velasco, Juan Seminario Morales, Zenón Castro Diéguez, Joaquín Salazar y Héctor Rojas Goyoneche, ¡"El Patorro"!

Darío Mejía nos cuenta que encontró en la edición del diario La Prensa del sábado 25 de junio de 1938, página 5, que en la Fiesta de Amancaes se presentó el Conjunto Criollo de Canto y Guitarra, que interpretó el vals de Felipe Pinglo "La oración del labriego" y la polca "Ingrata palomita". También que el Trío Miraflorino cantó "A mis amigos", un valse del mismo Pinglo.

Participaron en la parte andina el Conjunto Infantil de la Provincia de Tarma, acompañado por una orquesta de charangos
y guitarras. El Conjunto Apurímac interpretó el yaraví "Yo soy como aquellos palos" y "El carnaval de Apurímac". El
Conjunto Regional Machu-Picchu, números de canto y baile, y el Trío Ayacucho, un yaraví y una polca. Algunos autores nos
dejaron para el recuerdo canciones alusivas a esta celebración, de las cuales las más populares fueron:

AMANCAES DE AYER,
Valse de Amador Rivera Bocanegra

"En los valses y polcas nos dejaron su saber;
tonderos y marineras, fugas y resbalosas,
tocadas en las guitarras por los muchachos de ayer.
Augusto y Elías Ascues, Pedro Lavalle, Alejandro Sáez,
Manuel y César Andrade cantaban con Julio Vargas,
cajoneando Juan García, Bartola, la bailarina,
y en su caballo de paso el gran jinete Medina..."

SAN JUAN DE LOS AMANCAES
Marinera de Catalina Recavarren / Rosa Mercedes Ayarza

"En la faldita del Cerro mañanita de San Juan,
con su caballo de paso caracolea el chalán.
Vamos por ramitos de oro, a las Pampas de Amancaes,
jipijapa y poncho orlado por las Pampas de Amancaes.
Dame, dame, dame, dame, una flor del Amancaes.
Resplandeciente en el cielo la Cruz nos bendice ya,
Pasito a paso volvemos nochecita de San Juan,
dame, dame, dame, dame, una flor del Amancaes..."

FIESTA EN AMANCAES
Valse de Amparo Baluarte y Alcides Carreño

"Trayendo rubio cáliz en flor
la fiesta de San Juan retornó,
plena de fulgor,
para su Señor,
bendito patrón.
El ritmo del Perú se volcó
al despertar la pampa, y así
en las vivanderas
se oyen marineras
al son del cajón..."

El presidente Leguía estableció el "Día del Indio" mediante
decreto supremo con fecha 24 de mayo de 1930. El articulo
1º, dice: "Declárase Día del Indio el 24 de junio de cada año",
fecha en que se celebran los concursos de Música y Bailes
Nacionales de Amancaes.

ALEJANDRO SÁEZ LEÓN

Tomado del Suplemento Variedades de El Peruano

ALEJANDRO SÁEZ LEÓN
Recorriendo sus huellas

Por Manuel Acosta Ojeda

Los padres del criollismo, como Alejandro Sáez, estaban a la búsqueda de la
belleza melódica y literaria en sus creaciones. Muchas veces tomaron versos
de poetas para dignificar el canto popular.

El famoso Almanaque Bristol es el "culpable" de la letra de muchos valses de antaño; tiene –como jugando– 177 años de publicación. El médico neoyorquino Charles Bristol necesitaba publicar sus recetas, y así se convirtió en una inienciclopedia.

Los poemas –o partes de estos– eran convertidos no solo en valses, sino también en yaravíes y habaneras. Hoy veremos el caso de un señor músico, don Alejandro Sáez León, del barrio del Rímac.

En el artículo "Al César lo que es del César" mencionamos la canción "Mis golondrinas", con letra de Federico Barreto y música de Sáez.

Las dos cuartetas primeras de "Emociones de amor", poema de José Fianson (1870-1925), fueron convertidas en valse, bautizado con el título de "Deseo":

"Cada nueva mujer es un deseo,
cada nueva pasión es un delirio;
y el pobre corazón, un Prometeo
enclavado en la roca del martirio.
Cada dulce mirada es un asedio,
cada beso de amor es una herida;
y la pasión, un mal que sin remedio
va acabando implacable con la vida".

A estos versos se les aumentó una cuarteta anónima:

"Tus ojos luceros son/ que ilumina al mundo con su resplandor/ cual limpidez es un rayo/ con tanto dolor."

En el Cancionero Porteño N° 102 salió publicado con el título de "Recuerdo de mi madre", como valse de nuestro personaje, el que se inicia con los siguientes versos:

"Recuerdo que de niño/ sentado en su regazo/ besaba yo a mi madre/ con ardoroso afán. Recuerdo que mis besos y mis tiernas caricias/ le llegaron al alma/ haciéndola llorar. Recuerdo verme solo/ jugar entre las flores,/ de fragantes matices,/ olorosos jazmines/ y verme entre las plantas/ que amante me acechaba/ miraba yo a mi madre/ haciéndola llorar. Recuerdo sus consejos, recuerdo sus caricias/ recuerdo sus consejos/ los que quedan nomás,/ porque la santa madre/ que amante me cuidaba/ dejó este valle triste/ y ya no volverá."

Apuntemos que la letra de los cancioneros, muchas veces, contenían errores o distorsiones.

En la segunda cuarteta debería decir. "Oloroso jazmín"; mientras que en el cuarto cuarteto sería: "que amante me cuidada/ haciéndola reír".

Sus obras más conocidas son el valse "La cabaña", con letra de algún poeta aún anónimo:

Se acerca ya la noche,
en vuelo aligerado,
las aves van volando,
sus nidos a buscar.
Pálida y sonriente,
cual muere una esperanza,
yo veo en lontananza,
la luz crepuscular.

¡Qué triste, qué triste,
es la vida en la montaña!
sin luz en la cabaña,
sin nadie a quien amar.
Ausente de mi madre
bendita, que me adora,
y que tal vez me llora,
en su lejano hogar ..

y "La envenenada" o "El desesperado", que en 1919 el dúo Sáez-Almenerio dejó testimonio, en el sello Víctor, de algunos versos pertenecientes al poema "Desesperación", que consta de 24 cuartetas, de Salvador García Torres, del poemario Flores de amor, París 1907, habiendo que anotar que al final de prólogo
dice: San Salvador 1890. (1). Años más tarde, en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, lo graba Jesús Vásquez, con la letra caprichosamente salpicada:

"La luna está casi oculta/ por los negros nubarrones/ que allá en las altas regiones/ van errando, sin cesar. El inquieto mar refleja/ sobre sus olas de plata/
figuras que desbarata/ el viento con su bramar. En la playa, en una roca, sin saber en lo que piensa/ contempla la mar inmensa/ un hombre, con ansiedad. Tristes recuerdos invoca/ pues que sigue pensativo; se ve en su rostro expresivo/ su funesta voluntad... Al ronco son de mi gastada lira/ vengo a llorar,/ no cual amante que a su amada mira;/ cual náufrago que se ahoga en alta mar. Mis dulces ilusiones, tan queridas,/ deshojadas/ fueron por ti, mujer, que mis heridas/ están con tu perjurio envenenadas...".

domingo, 20 de febrero de 2011

TUS OJOS", TUS OJITOS O A UNOS OJOS

Tomado del Suplemento Variedades de El Peruano.

"TUS OJOS", "TUS OJITOS" O "A UNOS OJOS"

DIME DE DÓNDE VIENES

Muchos nombres de autores de obras musicales correspondientes al siglo XIX y principios del XX, se han perdido en el tiempo por descuido. El autor cita el caso de un valse que hasta el día de hoy es causa de debate.

Hay gran desinformación en nuestro país en cuanto a los autores de letras y melodías de valses, polcas, festejos, tonderos, marineras, habaneras en lo que respecta a las culturas de la costa peruana.

Como ya lo hemos afirmado, los pocos cronistas que se interesaron por este tema y pudieron publicar, fueron seguidos exactamente por sus sucesores, entre los cuales podemos incluirnos. Estos datos no siempre fueron exactos; sin embargo, nos sirvieron para llegar a otras fuentes –no sólo escritas sino también sonoras– sobre el mismo tema, tratando de acercarnos a la verdad.

La falta de un registro de Derechos de Autor eficiente es la gran culpable de confusiones, errores y suplantación.

El "limeñísimo" valse "Tus ojitos" era descrito por Aurelio Collantes en su libro "Documental de la Canción Criolla" –1972– asi:

"Una noche Alfonso –de Silva– al terminar una actuación de gala en el 'Municipal', quiso divagar por la aún frondosa plazuelita de San Sebastián, en compañía de César Miró, el pianista Lucho de la Cuba y el cantor Luis Aramburú, (...) ejecutó luego la melodía de la cual era autor y que dedicara tiempo atrás a su enamorada Alina (1).


Tus ojitos que contemplo con delirio

yo los quiero y los adoro con empeño,

tienen la palidez de mi martirio

y la dulce mirada del ensueño."


Esta cuarteta fue cantada y grabada así, por todos los cantantes famosos desde la década del 40.

Darío Mejía escribió desde Australia hace algún tiempo un artículo que circuló vía Internet:

"Alfonso de Silva nació en el Callao el 22 de diciembre de 1902 y para cuando Montes y Manrique viajan a New York y graban el vals "Tus ojos", que es el mismo que "Tus ojitos", De Silva tenía solamente 8 años de edad. La grabación de Montes y Manrique nos confirma que la historia aquella sobre que De Silva compuso "Tus ojitos" para su enamorada Alina no es cierta, como tampoco es cierto que dicho vals pertenezca a Alfonso de Silva. A De Silva debe haberle gustado mucho el vals aquel y como solía ejecutarlo, la gente, por desconocimiento, pensó que le pertenecía y así se fue difundiendo ya que De Silva falleció a temprana edad.

Pero la cosa no quedó allí con el vals "Tus ojos" que grabó el dúo Montes y Manrique. Según lo comenta el Dr. José A. Llórenz en uno de sus artículos, a dicho vals que grabó

Montes y Manrique, en la Argentina se lo apropiaron en 1949 y lo registraron como 'A tus ojos', con autores argentinos."

Este interesante artículo mereció una respuesta desde España, hecha por José Leturia Chumpitaz, hijo del gran Alfredo Leturia. En la cual, éste indica que el tema de Alfonso de Silva no tiene la misma letra que canta el afamado dúo. Luego reafirma el dato que el señor Morales, del dúo colombiano "Marfil y Morales" nos diera por 1966, al escuchar a Jesús Vásquez interpretar el tema; que corresponde al folclore tradicional colombiano, cantado en serenatas y de autoría de Cifuentes Rodríguez que nació en Bogotá en 1870 y murió en Buenos Aires en 1932. Registrándose en 1949 como valse argentino de: Hernán Videla Flores y Carlos Montbrun Ocampo.

Lo que tenemos en concreto es que la versión grabada en 1911, podría ser un arreglo de don César Augusto Manrique, apodado el "doctor", por la cantidad de obras musicales que conocía de óperas, zarzuelas y comedias, que limeñizaba en tiempo de valse o de polca.

Tus ojos que contemplo con delicia

pues a ellos los adoro con empeño

tienen la suavidad de las caricias

y la dulce mirada del ensueño

ay, y la dulce mirada del ensueño

Por eso es que a mí me enamoran

desde el fondo del alma me embelesan

me hacen llorar de pena cuando lloran

y me llenan de amor cuando me miran

ay, y me llenan de amor cuando

me miran.

OJO CLÍNICO


Carlos “el chino” Domínguez:

Tomado de la página web del programa Presencia Cultural http://www.presenciacultural.com/blog/2006/12/01/ojo-clinico-el-chino-dominguez/

“Mi interés por la fotografía es de mi padre, yo no. Yo quería ser pintor. Y entonces él me decía no, los pintores son muy borrachos, no sirven, peores son los periodistas.

Entonces, qué pasó, me enseñó a un fotógrafo japonés en Surquillo. Foto-estudio Venus. Antonio Noguchi, ese fue mi primer maestro(…)

El fotógrafo peruano es muy audaz, es muy bueno. Lo único que le falta al fotógrafo peruano es un poquito de cultura, o sea lectura. Debería leer. ”


FILOMENO ORMEÑO BELMONTE

Tomado del Suplemento Variedades de El Peruano

FILOMENO ORMEÑO BELMONTE

Creador sin seguidores

Sus creaciones son poseedoras de una fina melodía, mecida por una cadencia especial sin precedente en el valse, las que encierran garbo, donaire, elegancia y travesura, adjetivos que reflejaban la personalidad del limeño de la época.

Es uno de los principales creadores populares que innovó el valse criollo del Perú. Los que alcanzamos a conocerlo y a ser amigos suyos, jamás olvidaremos su forma de tocar el piano.

Había que oírlo en: "Mano de bronce", "Cuando las hojas caen", "Ensueños", "Idolatría", "Rosaelvira" y otros valses, suyos la mayoría. Su técnica académica a todas luces, aplicada al folclore musical, enriqueció sin desvirtuar la melodía y la armonía del tondero, de la marinera y del festejo. Su entrañable amistad y los largos años de trabajo en el piano a "cuatro manos", con Lucho de la Cuba, nombre artístico de Luis Cuba, hizo inseparable el binomio "Ormeño-De la Cuba". Y es que "Filo" tuvo contacto con la música académica desde niño, cuando cursa estudios en el Seminario Santo Toribio de Mogrovejo, en un local anexo al convento de San Francisco, en la calle "Del Milagro" que sale a la avenida Abancay. Hoy está en la avenida Sucre 1200, Pueblo Libre.

Don "Filo" nació en Lima un 6 de junio de 1899, o sea que era mayor que Felipe Pinglo por 42 días. Fueron sus padres: don Filomeno Ormeño Bustamante, pianista y escultor, y doña María Isabel Belmonte Valdivia, que era hija de español y trujillana.

Cuando estaba a punto de ordenarse como sacerdote, la vida lo hizo conocer a una jovencita de quince años que respondía al nombre de Elena Cueto Nolberto, y que por feliz coincidencia, también tocaba el piano, y el maestro decidió "colgar los hábitos".

Luego la bohemia, esa amante furtiva que asedia y conquista a todo buen artista, lo llevo a vivir por Lince, los Barrios Altos, Jesús María. El arte de un creador que no es bohemio, es frío, esquemático, organizado, "computabilizable".

A diferencia de los demás criollos el buen "Filo" dejó una autobiografía, donde da datos precisos de sus estudios y su vida artística.

Filomeno como artista sensible supo entender y aprehender los problemas de una Lima en formación, que buscaba su razón de existir, su identidad. Es interesante observar cómo creadores coetáneos, como Ormeño, Pinglo, Casas y Carreño viviendo en un mismo ambiente y recibiendo la misma "información", "procesan" en distinta forma lo receptado y dan diferentes "productos".

La voz femenina que mejor cantó las canciones de Filomeno Ormeño, fue Bertha Campos Beltrán quien conformó dúo con Norma Wetzell. A los 13 años, siendo una niña, se escapaba de su colegio que estaba entre las calles Buenos Aires y Paz Soldán de su "Callao querido" y se iba a la "audición" de aficionados que había en radio Lima, cuando ésta estaba en la Plaza San Martín. Bertha entonces no imaginaba que algún día sería la viuda de tan famoso maestro.

Evocación a Lima-valse "amazurcado"

A ti, Oh Lima querida

Ciudad de mis amores

Quiero evocar con mi lira

Tus románticos fulgores

Fuiste la madre que en mi infancia

Hiciste palpitar las canciones

Que te cantaron en la lontananza

Los trovadores sus pasiones

Hoy al evocar esas melodías

Que fueron de ternura y de belleza

Siento sus infinitas armonías

Que me llenan de alegría y de tristeza.

De alegría porque gozo

Y de tristeza porque añoro

Aquel cantar glorioso

De mi Lima que yo adoro.

PENSIÓN VITALICIA II


Tomado de la página .. ¿Nos Preocupa?
http://losproblemasqueyoveo.blogspot.com/2008/08/cuando-mierda-le-otorgan-una-pensin.html


¿Cuándo mierda le otorgan una pensión a ACOSTA OJEDA?

Nuestro mandatario dr.Alan García Pérez y el Ministro de Educación dr.José Antonio Chang Escobedo, tan proclives a premiar a artistas extranjeros, deberían hacer un alto en sus tareas gubernamentales y hacer algo por este gran compositor nacional don MANUEL ACOSTA OJEDA y otorgarle una pensión de gracia por sus méritos culturales y musicales, ojo que no soy partidario de apoyar a artistas que” no guardaron pan para mayo” como dice el dicho, pero si creo que con el poeta Acosta Ojeda se debe de hacer una excepción por su calidad humana é intelecto, y porque como todo valor que se respeta, no es de decir : ” ayudenme que estoy jodido”.En su último onomástico celebrado en su casona de la tercera cuadra de la av.Francisco Pizarro en el Rímac( ex local de la SAYCOPE) tuvimos la oportunidad de volver a tratarlo y saber de su real estado de salud , y al conversar con Carlos Hayre, con el chino Domínguez, con don César Lévano, con Lucas Borja y otros, volvimos a comprobar el carácter de cholo terco de Manuel, quién no quiere pedir nada a nadie, ya que él considera que los reconocimientos deben de venir solos sin pedir nada a cambio, y creo que no le falta razón, pero; siempre el pero, los años avanzan, su salud se sigue deteriorando y hay que comprar medicinas, tener un sencillo para el combo y otros etcs más.
¿Que hacer para revertir esta situación?, creo que lo más simple y antes de que Manuel deje estos lares terrenos, el Gobierno y sus autoridades de turno, deberían otorgarle una pensión de gracia sin mucho trámite ni papeleos, que tenga una vejez digna y no esperar que muera, para después aparecer en la fotito en el cementerio y recién destacar sus méritos como compositor, con discursitos extemporaneos.
De Manuel podemos decir mucho, el pueblo ya conoce su gran vena poetica, yo solo quiero transcribir algunas líneas de los que otros han escrito de él, como por ejemplo:”que nació el 16 de marzo de 1931 en la maternidad de Lima, que fue hijo de don Alejandro Acosta (arequipeño) y de doña María Ojeda (moqueguana). Que estudió en el Centro Escolar "Ricardo Palma", después en el colegio "Salesianos" y en el "José María Eguren" de Barranco. De niño gustaba escribir versos, su padre para minar una débil inclinación religiosa, decidió llevarlo todos los domingos a una picantería arequipeña de la calle San Miguel en Surquillo. En ese ambiente el joven comenzó a gustar del criollismo musical. Reparó en que la armonía de las guitarras y de las voces también tenían poesía, magnífica y sonora. En 1946 inició amistad que fue de capital influencia con don Carlos Hayre, joven músico y buen compositor, quien le abrió la amplia y hermosa puerta del criollismo. Como Manuel seguía produciendo versos, Hayre le insinuó le pusiera letra a una melodía de su inspiración. Pero la insistencia tiene sus frutos, y nació su composición inicial a los 16 años. Se tituló: "Tu Vida Siempre", "Odios y Sombra", Ya se Muere la Tarde", y otros.En su trayectoria llegó a conocer a personalidades de la música como Quintana "El Canario Negro", Porfirio Vásquez y sus hijos, Nicomedes Santa Cruz, los hermanos Ascues; Luciano Huambachano y otros más. Según cuenta Luis Dean (compositor fallecido) lo acusó de incapaz de componer un valse con letra y música propia. Así nació el primer valse (con letra y música propia): "En un Atardecer". Los Chamas lo estrenaron en "Radio El Sol" y en 1954 fue un éxito. Y la consagración definitiva fue el valse "Madre", después vinieron "Rumor de Manantiales", "Si tú me Quisieras", "Puedes Irte" y muchos más.”
Ojala, esta nota rebote y llegue a oidos de nuestras autoridades, y se le otorgue a este gran compositor una modesta pensión que alivie sus actuales apremios económicos (discúlpame Manuel, por hacer público tus necesidades) pero como eres bien terco, no haces caso ni autorizas a que Lucas Borja inicie las gestiones del caso para que el Estado te otorgue una pensión.

PENSIÓN VITALICIA I


ESTE BLOG SE ADHIERE AL RECLAMO POR LA PENSIÓN VITALICIA DE MANUEL ACOSTA OJEDA


MANUEL ACOSTA ¿CUÁNDO?
Tomado del Diario La Primera
Columna del Director: César Lévano

Una vez más, Manuel Acosta Ojeda es omitido en una lista de artistas populares que recibirán una pensión modesta pero vitalicia. En la nómina de beneficiados, Acosta brilla por su ausencia.

Muchos de los agraciados merecen la distinción. Entre ellos Alicia Maguiña, Augusto Polo Campos, Carmencita Lara. El premio alcanza a Rafael Matallana, quien debe de haberse regocijado en su tumba. Como LA PRIMERA informó ayer, el congresista del APRA Mauricio Mulder se extrañó de que muchos congresistas no hubieran aprobado la pensión para Acosta, porque, según alegaron, no sabían quién era.

No conocen esos congresistas al autor de “Madre”, “Cariño”, “Si tú me quisieras”, “Adiós y sombras”, “Canción de fe” y muchas otras bellas canciones, notables por la riqueza de su melodía y la poesía de sus versos. Valses, mulizas, yaravíes, huainos de Acosta han vibrado en todos los paisajes del alma popular.

Dan ganas, por eso, de preguntar cómo así se enteraron los congresistas de la existencia de artistas como el danzante de tijeras Máximo Hilario, y de los compositores Julio Rosales Huatuco, María Isabel Minaya y Elizabeth Urquiza. Todos ellos tienen, según los padres de la patria, más méritos que Acosta, y por eso reciben pensión.

Van varias veces en que se omite a Acosta de una relación de premiados. A menudo se ha favorecido a artistas virtualmente desconocidos.

La omisión de Acosta ha suscitado indignación y protesta de muchos intelectuales y músicos, que saben de su talento de compositor, y también de sus méritos como investigador de la Música popular.

Hay una razón adicional para la ira. Hace años, el artista padece de un mal que exige atención especial y, desde luego, gastos a granel.

Dos años atrás, el 31 de agosto de 2008, alguien colocó en Internet un texto titulado: “¿Cuándo mierda le otorgan una pensión a Acosta Ojeda?”. Se leía allí: “Hemos vuelto a comprobar el carácter de cholo terco de Manuel, quien no quiere pedir nada a nadie, ya que considera que los reconocimientos deben venir solos; pero los años avanzan, su salud se sigue deteriorando y hay que comprar medicinas, tener un sencillo para el combo y otros etcéteras”.

El reclamo recupera actualidad. Leo casas, extraordinario folclorista andino, narrador y poeta en quechua, ha escrito unas líneas en las que se adhiere al reclamo de justicia iniciado por Rafael Drinot, y expresa:

“Manuel Acosta Ojeda, extraordinario compositor, estudioso y difusor de la Música criolla, es también incansable promotor del fraterno encuentro entre andinos y costeños. Su fecunda obra ya cuenta sin duda con el reconocimiento, gratitud y orgullo de todos los peruanos”.

“Todos los peruanos”, menos ciertos congresistas. Me adhiero al reclamo de pensión también para Manuel Acosta Ojeda.

PRESENCIA CULTURAL


Emitido en el programa Presencia Cultural en octubre del 2004 y tomado de su página web: http://www.presenciacultural.com/blog/2008/09/03/video-manuel-acosta-ojeda/

“Su obra musical marca un hito importante en el desarrollo de la música criolla especialmente. El asume la poesía, la métrica, la rítmica, los versos enlazándola a una melodía que es sumamente compleja. Por eso quizá algunas canciones de él no se cantan porque son difíciles. Con un lenguaje rico, con un lenguaje lleno de imágenes, metáforas, una poesía muy rica(…) Muchas veces se ha dicho que el vals criollo ya ha muerto y con un repertorio como el de Manuel Acosta Ojeda eso es imposible”
Chalena Vásquez.

sábado, 19 de febrero de 2011

PERUANOS EN SU SALSA



Entrevista realizada por Raul Vargas para el programa "Peruanos En Su Salsa"

Parte I


Parte II


Parte III

UN REBELDE DE 80 AÑOS


Tomado de la página web de RPP. Un artículo de Soledad Narvarte (01/03/2010) por los 80 años de MAO
http://radio.rpp.com.pe/enescena/manuel-acosta-ojeda



MANUEL ACOSTA OJEDA, UN REBELDE DE 80 AÑOS

Los que piensan en voz alta, suelen incomodar lo establecido y son calificados de rebeldes. Contradictoriamente, el cliché de contestarlo siempre está ligado a la juventud. Nada más alejado de la realidad, porque el verdadero rebelde, traspasa las fronteras de la edad y los espacios donde se desenvuelva. Mientras las ideas fluyan de manera distinta y no se tenga miedo a las palabras, habrá un rebelde. Don Manuel Acosta Ojeda lo sigue siendo a sus 80 años.

Por: Soledad Nalvarte

“Cuando uno tiene los valores bien cimentados, pasa inadvertida la osteoporosis de ideas, que hacen tambalear principios”, nos dice el compositor de “Madre”, uno de los más bellos temas de la música peruana. Don Manuel Acosta Ojeda, es fiel a ellos y se rebela a componer temas que no tenga los requisitos mínimos de una composición.
Vino a nuestro programa en una silla de ruedas, más delgado de físico, pero con la vitalidad que le otorga su rebeldía próxima a cumplir 80 años.
Habló de muchas cosas, pero una vez más, el tema obligado fue el contexto en que escribiera “Madre”. Lo recordó con la misma emoción de la primera vez que lo escuchó en la voz de Los Chamas, hace casi 60 años; con la nostalgia de haberlo escrito en un papel de cigarro nacional, cuyo olor podía ser percibido a cuadras a la distancia; un día de la madre, cuando vio que todos los jóvenes de su edad llevaban regalos y él sólo tenía la inspiración a flor de piel. Don Manuel estaba muy lejos de imaginar que aquellas letras se convertirían en un himno para los hijos a la autora de sus días.
Los autores nunca son exactos para ubicar las dedicatorias, pero sus composiciones resultan ser el analgésico perfecto para desahogar las nostalgias; quizá por ello diversas generaciones siguen cantando “Cariño”, “Ya se muere la tarde”; “Si tu me quisieras” o “Puedes irte”, cuando uno las escucha no puede evitar compararlas con otras de su género y entender la diferencia entre música popular y música popularizada. La primera recurre al arte, la otra mediocridad o estupidez colectiva. “Ahora es más fácil moverse que enternecerse”.
Nuestro autor, llega a las ocho décadas, rebelándose contra el sistema que obliga a muchos compositores a sobrevivir con su arte o a vivir holgadamente convirtiéndose en mercenario de él. En un país donde la cultura de la mediocridad es reconocida y premiada, es doblemente difícil nadar contra la corriente, pero “Si se calla el cantor, calla la vida”, y Dios mediante, don Manuel seguirá pensando en voz alta por mucho tiempo más.
Este 12 de marzo, desde las 7 de la noche, nuestro compositor estará celebrando 80 años de vida en el auditorio de la Derrama Magisterial. Lo acompañan Jaime Guardia, Carlos Hayre, Bartola, Dúo Patria, Peña Don Porfirio, Evocación Criolla y Los Cholos.

JOSÉ LIBORNIO IBARRA


JOSÉ LIBORNIO IBARRA
Marcha de las banderas

Lo escuchamos siempre en cada ceremonia oficial y el orgullo nos embarga cuando empezamos a oír esa melodía vibrante, vigorosa, como ocurre con todo buen peruano. Sin embargo, poco se conoce de su autor, que merece un justo homenaje.

El 17 de marzo de 1895, Nicolás de Piérola ingresa por la portada de Cocharcas con sus tropas, iniciando una guerra civil en contra del entonces presidente Andrés Avelino Cáceres, dejando un saldo de más de mil muertos, por lo que el "Califa", como llamaban a Piérola, no gozaba de la simpatía de las clases populares ni aristocráticas, los que recordaban a Cáceres como el Brujo de los Andes y héroe de la Guerra del Pacífico.

Para conseguir respaldo, Piérola contrata al gran músico filipino José Savas Libornio Ibarra, a quien le encarga enriquecer los conocimientos musicales de nuestras bandas militares. El "maestro" Libornio, como lo llamaban quienes lo conocieron, no fue muy bien recibido en Lima. La época era difícil: las heridas de la derrota con Chile, el civilismo, el siglo XX que se venía, etcétera.

La versión oficial nos cuenta que el 24 de setiembre de 1897, siendo profesor y director de la Banda de Músicos del Ejército, Libornio estuvo a cargo de la parte musical del Te Deum en honor a la Patrona de las Armas de la República, nuestra Virgen de las Mercedes, en la Basílica de La Merced; cuando el presidente Nicolás de Piérola se acercó al director de la banda para felicitarlo, éste aprovechó para decir: "Excelencia, el Himno Nacional está siendo ejecutado muy indiscriminadamente, conviene convocar a una marcha para saludar a la Bandera y para todos los actos oficiales que se deriven de los acontecimientos cívicos". La respuesta del Jefe de Estado no se hizo esperar: "Maestro, Ud. tiene la palabra".

Unos meses después, el 9 de diciembre, en la Misa de Campaña por el día de la victoria de la Batalla de Ayacucho, la llegada de Piérola fue anunciada con una marcha que ya no era el Himno Nacional. Al terminar el acto, un edecán del Jefe de Estado preguntó a Libornio, qué marcha era ésa, respondiéndole que se trataba de la que le pidió el Presidente. Una semana más tarde, el 17 de diciembre, fue expedida la resolución pertinente que reconocía la Marcha Nacional Peruana para ser ejecutada en todo acto oficial. Ya en 1909, durante el gobierno de Augusto B. Leguía, se dispuso que, en adelante, se denomine "Marcha de las Banderas", la misma que se ejecutaría para anunciar la llegada y retiro del Jefe de la Nación, la elevación de la Sagrada Hostia durante las ceremonias religiosas oficiales y el izamiento de la bandera en cuarteles, buques de la armada, puestos de frontera y centros de enseñanza.

"Arriba, arriba el Perú
y su enseña gloriosa inmortal
llevando siempre en alto
la Bandera Nacional..."

La tradición oral dice que Piérola le exigió al "maestro" Libornio que compusiera una obra musical para demostrar su talento. Él se negó. Adujo que él no pidió venir y su contrato era como profesor y no como compositor. Recordemos que no había sido bienvenido por la élite limeña. Ya que ésta no concebía que un "chino" vistiera el uniforme del Ejército del Perú, sumado a que no hablaba castellano, sólo inglés.

Flora Obando, hija de don Federico Obando, narra: "Libornio, venía seguido a nuestra casa siendo yo muy niña, y decía: "Tu papá es el único amigo que tengo en el Perú, porque los otros no me aceptan" (Óscar Chuima Obando, entrevista 1994).

Nicolás de Piérola insiste y el maestro Libornio acepta la misión, demostrando su
genialidad, componiendo nuestra hermosa "Marcha de Banderas", que hasta ahora está vigente, con más de 100 años de vida. Nuestro personaje sería el padre de la Canción Criolla, pues no conocemos otro autor de letra y música, anterior a él.

FELIPE SOBERANO

FELIPE SOBERANO

Publicado en el Diario "La República" en los 50 años de la muerte de Felipe Pinglo Alva.

Por Manuel Acosta Ojeda

Por las fotografías de su entierro podemos ver quiénes eran sus más íntimos amigos. Están : Alfredo Ramírez, hermano de la "Coco", Teófila Ramírez e hijo de "la buena Isabel" (Mejía) que Felipe menciona en su vals "De vuelta al barrio" (Ya no hay los picarones de la buena Isabel). Está junto a Felipe, hijo. El moreno alto con las manos atrás es Juan Perlado, muy cercano al bardo, aunque según me dicen, ni tocaba ni cantaba. Debajo de Pinglo está el joven Pedro Espinel. Junto a él con bigote y chalina, Pedro Antonio Villanueva, según dicen extraordinario cantante de música tropical. Destacaba por su repertorio. Su especialidad era la música cubana. Canciones del trío "Matamoros", del cuarteto "Machín", del conjunto "Caney" y otros. Sobre el que asoma la cabeza entre Espinel y Villanueva, con corbata y terno oscuro, no se ponen de acuerdo mis consultados. El señor con chalina blanca que está debajo de Felipe hijo es el famoso José Díaz "El Chato", íntimo amigo del poeta músico. Lo conocí por el año 1955 en Surquillo. Fue en el Centro Musical "Ricardo Palma" que estaba en la calle San Agustín. Me lo presentó Augusto Ballón. Tocaba el laúd Juanito Araujo. El "Chato" tocaba la guitarra de apoyo. Muy pocas guitarras segundas he escuchado en mi vida, de tan alta calidad. Estaban también Narciso "Nacho" Bolaños, Jorge Casaverde, el "Mono" Olivos, el "Chino" Soto y otros cultores de nuestra canción costeña. No usaba, por supuesto, los acordes que se utilizan ahora. Pero tenía una seguridad extraordinaria en los "bajos". En el ritmo, usaba el "tundete" (1,2,3) con gran precisión. Luego de varias canciones y copas, pude intuir que había colaborado en varios temas con Pinglo. Yo tenía aficiones al periodismo y tomaba notas sobre un papel. Cantaron el vals "Decepción", que es más conocido como "Astro Rey", "Alma latina", que había sido música de Juan José Araujo, gran laudista. Se hablaba también de "Paco Vilela", de Guillermo D´Acosta como personajes que alguna vez habían compuesto canciones con Pinglo. Yo apuntaba con fruición lo que escuchaba. Los mayores me miraban con simpatía. Yo era un joven de 23 años, entusiasmado, le pedí al "Chato" José Díaz que me prestara fotos. Me preguntó que para qué las quería. Yo le dije que pensaba hacer noticia en algún periódico o revista. Me pidió que lo acompañara, salimos a la calle San Miguel, a la vuelta, pidió dos cervezas en un "chino" y me dijo: "Si haces eso, te desmiento públicamente, negándolo todo y no te hablo más en la vida". En eso llegó Juanito Araujo, que me quería mucho y que pensó que el "Chato" me había sacado al fresco. (" a trompearnos"). Agarró su vaso, lo llenó y me dijo: "He escuchado las últimas palabras del "Chato" y hay varias cosas que debes saber". Secó su trago y prosiguió: "Felipe Pinglo nunca nos engañó".

CLAVE DE SU GRANDEZA

"A él no le hacía falta ni musicalizadores ni letristas. Sencillamente quería que hubiera muchos creadores como él o mejores que él. Por eso nos hacía participar. Por eso pedía nuestra colaboración melódica, armónica o literaria, que no le hacía ninguna falta. Sabía que práctica nos haría creadores". "Un hombre con tanta capacidad como para crear la asombrosa melodía de "Oración del labriego", la obligada armonía que requieren los cambios musicales de valses como "Tu nombre y el mío". "Haydeé", "Linda serranita", "Aldeana". "Celos" y muchos más, no necesitaba ayuda musical", terminó Araujo. Entendí entonces la grandeza de Pinglo. Estaba auspiciando la creación colectiva. Pedí una mulita de pisco "Pacarán", rompí los papeles y me la tomé a pecho. Segundas guitarras como el "Chato" Díaz, solo Pablo Casas Padilla; Robles, del Tipuani (tenía un ojo baldado), Elidio Porras y "Fico" Dávila. El señor maceteado que está en el extremo opuesto a Pedro Espinel es Obdulio Menacho, amigo entrañable del maestro. Debajo de él, con chompa, está Víctor Gómez Bravo, oficial de la Policía de Investigaciones. Junto a él, con chalina, Juan Lozano. A su lado, con corbata michi, el cantor apodado "Hawai". El gordito que está debajo de Espinel, pertenece al famoso grupo de "los Gonzales" del callejón de San José, él es Jorge, hermano de Luzmila, esposa de Hernán La Rosa, gran cantor de resbalosas, conocido cariñosamente como "El Carnero". Y también de Goya, esposa de Juan Ríos, fundador de "Los Trovadores Peruanos". El morenito que está de pie, con las manos atrás es Mario Verna, amigo muy cercano a Pinglo. Del señor que está a la altura de la cabeza de Verna y debajo de Gonzales, nadie me da razón. El flaco que está en camisa junto a él es "Toto" Sánchez. Su lado, con corbata, está Alejandro León. El joven con chompa clara y chalina negra que está el extremo es Augusto Ballón.

BALLÓN EL INOLVIDABLE

Podría escribir páginas y páginas sobre Augusto Ballón, a quien le decían "El cojo", aunque no lo era. Una lesión en la columna le impedía caminar erguido. Caminaba tan encogido que parecía un corredor en postura de partir. La palomilla de Surquillo le puso "A sus marcas". Las dos personas que están el extremo, debajo de Augusto Ballón, no las he podido identificar. Los tres restantes sí son personajes muy importantes. El señor de terno claro, corbata y chaleco, es Eugenio Díaz, hermano del "Chato". José, según dicen, además de la guitarra tocaba extraordinariamente el banjo. Este instrumento no sabemos cómo llega a nosotros. Debe de ser de origen europeo. Tiene la tapa armónica de metal, suena muy agudo y presenta la forma de una mandolina. Aún se estila para la música costeña del norte. Especialmente en la chiclayana. Lo conocimos por las películas estadounidenses, sonando en el sur. Eugenio era músico profesional. Trabajó en las principales orquestas de Lima de entonces. Me cuentan que era uno de los preferidos de Pinglo, juntamente con su hermano José "El Chato", con Fernando Núñez, César Olaya, Manuel Martínez, Guillermo D´Acosta, Juan Ríos y unos cuantos amigos más que no recuerdo bien.

CON ALEJANDRO VILLANUEVA

El moreno con raya al medio y pequeño bigote, es Augusto Vásquez, muy buen cantor.. No sé si habrá fallecido. Tuve la suerte de conocerlo en donde el italiano Giuffra, un bar que estaba en la esquina de las avenidas Manco Càpac y 28 de julio, en La Victoria. Por muchos años fue como un santuario criollo. Pablo Casas le compuso un vals que tituló "Esquina inolvidable". Se reunían allí los mejores cantantes solistas, laudistas, guitarristas, cajoneros, castañuelistas, segundas voces, decimistas, etc. en deportiva mezcla con famosos futbolistas como Alejandro Villanueva y boxeadores como Bom Bom Coronado. Volviendo a Augusto Vásquez, es el único canto a l que le ecuché cantar el vals "El Abuelo" de Pinglo. Ojalá viva y esté en condiciones de hacerlo. Se negó a grabarlo. Fue con ocasión del magnífico programa "La vida de Felipe Pinglo", idea de Rafael del Carpio Carrillom que trabajaba en Radio Nacional. El asesor general era Pedro Espinel torres, lo que causó alguno reparos, sobre todo en los mayores que había vivido más cerca del maestro. El artista que para el radio teatro hacía de Pinglo fue Jorge Pérez. Esto provocó mayores críticas en los amigos de Felipe, para quienes Pérez era un desconocido. Con todo, fue un magnífico programa. Hasta ahora lo mejor que se ha hecho. Fue por 1958 si mal no recuerdo. Noches inolvidables entrevistando a gente que conoció personalmente al "Cantor de los Humildes". Sorpresas increíbles. Personas que no lo querían y que destilaban envidia por todos los poros. Pero un 99% eran recuerdos de ternura que a veces se humedecían de llanto (humano y de uva). Lo increíble es que en Radio Nacional borraran esas cintas magnetofónicas, donde se grabaron testimonios que no podrán reeditarse jamás. Un día, por 1962, cuando fui a escuchar las cintas en busca de información valiosa para entender a Pinglo, escuché la voz de Fernando Belaúnde. Para grabar los discurso del entonces Presidente de la República habían borrado las irrecuperables voces de Isabel Mejía, "La buena Isabel", de los hermanos Augusto y Elías Ascuez, del "Dr." César Manrique (del dúo Montes y Manrique) y de muchísima gente, que si no fue amiga de Pinglo, vivió en su época.

El moreno de terno oscuro oscuro, camisa blanca y corbata, que está junto a Augusto Vásquez es Samuel Joya Negri, por esa época solamente cantor. Después de la muerte de su amigo Felipe, se hace compositor. Este fenómeno sucede con varios artistas, a los que la desaparición de Pinglo convierte en creadores. Dicen que Samuel Joya cantaba muy bonito. A la muerte del maestro escribió el vals "Ave de paso". Sus valses más conocidos son "Julia", "Tristezas de invierno" y otros cuyos títulos no recuerdo. Hizo algunos festejos. Carlos Hayre, luego de muerto Joya, le puso música de polka a una de sus letras. DE los que están en la primera fila de abajo, sólo he conseguido los nombres de dos personajes. EL que está debajo de Samuel Joya es el "Cholo" Nicolás Enríquez. Y el que está debajo de Eugenio Díaz es hermano de Hermelinda Rivera, la esposa del maestro Felipe Pinglo. Me cuentan que eran muy amigos. El "Cholo" Nicolás fue fundador del trío "Mercedarias", donde tocaron varios guitarristas de calidad. En su mejor época, estuvo integrado por el "Mono" Manuel Olivos y "Care´tomate" Ernesto Soto. Se dice que los cantantes favoritos de este magnífico trío eran Arnulfo Valdiviesdo, Augusto Vásquez y Samuel Joya. !Tuve la suerte de escucharlos tocar juntos, por 1956. Hasta hoy recuerdo la calidad colectiva del trío. Separados, ninguno era un virtuoso. Pero juntos era increíble el afiatamiento, la forma como se complementaban. Con acordes muy sencillos. Fundamentales. Pero propios. Exactos en su correspondencia a la melodía.

LOS AUSENTES

Uno de los mejores cantores y preferido de Pinglo fue Juan Ríos Tello, felizmente lleno de salud en su casita de la calle Maravilas, jirón Ancash 1449, interior 15, Barrios Altos. El no asistió al entierro de su amigo Felipe porque estaba de gira artística con su segunda voz, Dimas Ayulo, "Come pan". Era el dúo "Los Trovadores Peruanos" y viajaron contratados, cosa muy difícil por esa época, a las repúblicas hermanas de Bolivia y Argentina. Otro gran ausente fue el "Chino" Teodoro Ernesto Soto Agüero, el más joven de los músicos amigos del bardo inmortal. El vals más conocido del "Chino" es "La abeja". También me extraña mucho no ver en las fotografías del entierro, por ejemplo, a los laudistas que eran muy amigos del "cantor de los humildes". Pancho Estrada, Augusto Naranjo Carrillo (padre del poeta peruano Reynaldo Naranjo), Juan José Araujo, Isaías Otiniano, Roberto Revelli, Pedro Patiño, Nicolás Wetzell. No vemos tampoco a Alfredo Weston, "Chapita", a José Moreno, "Paquete", a Víctor Campos " El pato", a Alberto Douglas, a Enrique Thais, a Rosa y Alejandro Ascoy, a Angel Monteverde "El Chino", a Jorge Costa, a Luis Romero "Pindongo", al "Cholo" Alcides Carreño, a Manuel Covarrubias, a Víctor Correa, a Pablo Casas. Podríamos decir que Felipe Pinglo Alva cada día compone mejor. Vamos descubriendo con paciencia como eran exactamente sus canciones. Tuve el honor de estar no hace mucho en una hermosa reunión con Víctor Correa, Juan Ríos, Alcides Carreño y Abraham Valdelomar. Juanito Ríos cantó el inmortal valse "El plebeyo". Como en un sueño, recordé la voz de Augusto Ballón, que lo cantaba idénticamente. La primera frase musical no tiene nada que ver con lo que se canta. Es lo que podríamos llamar una escala melódica ascendente. Lo que se canta actualmente es exactamente igual al vals argentino de esa época "Mi Martha". Esto aprovechaban los enemigos del bardo para murmurar que era un plagiador. Parece mentira, pero el maestro provocó malestar en muchas personas. Toda innovación crea resistencia. Sobre todo en los conservadores, en el peor sentido. O sea, los enemigos del cambio. Los reaccionarios.

RECTIFICACIONES

Aprovecho estas páginas que me brinda "La República" para dar mi más sinceras excusas a Carmencita y Felipe Pinglo Rivera, por dos errores involuntarios que cometí en el programa "Noche de Gala" el día sábado 3 del presente mes, cuando a las 7 de la noche dije que Pinglo estuvo detenido y que "Bouquet" no era de él. Carmencita me aclara que su señor padre jamás ha estado detenido. Sin que yo le dijera el nombre de mi informante, ella me lo adelantó. Increíble, pero aún después de muerto, se intenta desprestigiar al bardo. También me aclaró que existe una confusión con referencia al vals "Bouquet". Su padre lo escribió en 1929. Fue en el Callao. Es cierto que se inspiró en una canción de título muy parecido o igual, que cantaba el trío "Mastra", magnífico conjunto argentino que nos visitó por esa época. Lo que Aurelio Collantes "La voz de la tradición" recogió es el vals argentino, muy parecido por haber servido de inspiración. Todas las sorpresas no son agradables. En la reunión que menciono con Juan Ríos, Alcides Carreño y Abraham Valdelomar, el maestro Víctor Correa Márquez, que parece no tener gran simpatía por Pinglo, aseguró que la letra de "·Jacobo el leñador" era de Juan de Dios Peza. Eso es sencillamente falso. Ojalá que la revista que convocó al almuerzo que publique las cosas que dijo Víctor. Ese día, 28 de abril, Correa cumplía 93 años. No quise incomodarlo en su cumpleaños. Pero, por lógica, quien haya leído algo de poesía, debe recordar que los poetas de la época no podían escribir sin rima (principios de siglo). Rubén Darío, Amado Nervo, José de Campoamor, José Santos Chocano, Federico Barreto y muchos otros no podían escribir sin rima. Sus versos eran aconsonantados. No creo que Víctor Correa quisiera hacerle daño al bardo. Sucede que antes de Felipe casi todos los autores tomaban letras de poetas extranjeros o nacionales y les ponían música. Un ejemplo es la polca "La gitanilla", que conocemos como propiedad de Víctor Correa. La letra pertenece a José Santos Chocano.

(Se acerca ya la gitanilla ardiente de hondas pupilas y de labios rojos que viene desde el viejo continente brindándonos placeres con los ojos)

Siendo Pinglo un caso especial de ternura y rebeldía, no podía pasar inadvertido para los políticos en esa época todavía sinceros. Ellos comprendíeron que el pueblo recuerda y canta las canciones y no los discursos. Se ha especulado mucho de la amistad de Felipe con Luis López Aliaga, aprista antiguo y honesto. Se dijo mucho tiempo que Pinglo era aprista. No tendría nada de malo. Es esa época el Apra era un partido de pobres y clase media baja. De lo que nunca se ha hablado es de la simpatía del maestro para con los grupos más a la izquierda. Augusto Ballón Muñoz fue fundador de la primera célula del Partido Comunista, en los Barrios Altos. El nos contaba cosas muy lindas. Por ejemplo, cuando varios grupos obreros y estudiantiles en 1923 convocaron a una asamblea popular en el local de la Federación de Conductores y Motoristas, en la "Espalda de Santa Clara", en los Barrios Altos. Hubo una concurrencia espectacular. El local estaba lleno. Asistieron entre otros la Federación de Panaderos "Estrella del Perú"; el inmortal Amauta José Carlos Mariátegui, estudiantes venidos desde Trujillo, Luciano Castillo, Teodomiro Sánchez y otros jóvenes rebeldes de la época. Con 24 años, Pinglo escuchó de pie por primera vez en su vida al Amauta. Contaba Augusto Ballón que la palabra de José Carlos Mariátegui quedó imborrable en la conciencia del joven Felipe. Igualmente lo impresionó la palabra del mártir obrero Delfín Lévano. Fue una noche auténticamente revolucionaria. Delfín Lévano representaba la corriente anarco sindicalista. Era muy querido. José Carlos Mariátegui representaba la corriente marxista. En un momento no se pusieron de acuerdo y se puso muy áspero el debate. Lévano y su gente empezaron a retirarse. La palabra del Amauta resonó como trueno: ¡Compañero Lévano, somos muy pocos para dividirnos". La grandeza del mártir entendió. Don Delfín y su gente regresaron. Fuertes aplausos y abrazos los recibieron.. Y en homenaje al triunfo de la unidad, cientos de obreros y estudiantes entonaron "La Internacional". Por primera vez los Barrios Altos escucharon "!Arriba los pobres del mundo / de pie los esclavos sin pan!". Desde Las Carrozas hasta el Carmen se cantó el himno de los trabajadores del mundo. Pinglo y Ballón acompañaron emocionados la manifestación. Esa emoción se haría presente más tarde en "El canillita", "Pobre obrerita", "El plebeyo", "Mendicidad", "Oración del labriego", "Jacobo el leñador" y otros. Felipe se hizo muy amigo de Pedro Lévano, hermano de Delfín. Delfín Lévano, heroico dirigente proletario, estaba en la miseria, sin poder trabajar para mantener a su familia. Las prisiones y las torturas que les infligieron los soplones asesinaron sus manos y sus piernas. La clase obrera, su clase, salió en su apoyo. Los obreros organizaron una función "En honor y beneficio del amigo del pueblo. Honrado y laborioso trabajador y escritor obrero: Delfín Lévano". Se realizó ésta en la sala "Manco Cápac", hoy cine Beverly. Fue un sábado 28 de noviembre de 1931. Actuaron grupos obreros y grupos artísticos profesionales. El gran dúo que integraban Luciano Huambachano y César Pizarro, Germán Concha y Carlos Covarrubias, famosos cantores; el dúo de guitarristas E. Márquez y J. Romero; el trío J. Verástegui, C. Mirando y A. Santos. Reapareció el cantor y bailarín "EL africanito". Un obrero de apellido Macedo, figura programado. Se dice que interpretó hermosas canciones y que debutó la estudiantina de José Lazo. Todo en funciones de vermouth y noche. La platea costó 44 centavos y la "cazuela" 22. Fue un lleno total. Días antes de la actuación, Pinglo se enteró por la progaganda de este homenaje benéfico para Delfín Lévano. El bardo tenía gran admiración por la valentía de Lévano. Inmediatamente se dirigió a la avenida Manco Cápac, en La Victoria. A un callejoncito, a media cuadra de lo que hoy es el cine Odeón. Allí vivía Pedro Lévano. Felipe le preguntó molesto por qué no lo habían considerado en el programa. Pedro Lévano le dio mil excusas y le explicó que la organización lo había distraído. Pinglo insistió en actuar y cantó y tocó fuera de programa. Muy pocas personas saben que en una época se prohibieron cantar por radioemisoras varias canciones de Felipe Pinglo. Fue por 1939, cuando gobernaba el país el general Oscar R. Benavides, con la consigna de "Orden, Paz y Trabajo". Una de las canciones prohibidas fue "El plebeyo".





viernes, 18 de febrero de 2011

DEL WALTZ AL VALSE


Del Waltz al Valse
Escribe Manuel Acosta Ojeda
EL elemento central de la música "criolla", o mejor "costeña" es el "valse". Y es que criollo sencillamente es "no nativo". Por lo tanto, también es "criolla" la música andina o selvática, mestiza, que no es autóctona. El origen está en la voz: "creole" que se usaba en Haití para denominar un dialecto mezcla del francés y algunos idiomas africanos.
Luego se aplica al negro esclavo nacido en las colonias, fuera de la tierra de sus padres. Entonces el primer criollo que llega al Perú es el negro. Y se le llama así hasta que nacen aquí hijos de españoles, a los que se les llama "criollos". Y el pobre negro pasa a ser "pieza de ébano" o "mandingo".
Los criollos verdaderos jamás dijeron: "valsecito criollo", ya que para ellos el "valse" era, no sólo un objeto de "jarana", era más que nada un sentimiento muy puro, de ternura, de amor y sobre todo de tristeza. Tampoco le llamaron "vals" para que no se confundiera con la palabra germana "Waltz".
Me he enterado que la voz "Waltzen" quiere decir, danzar el "Waltz". Pero "Waltzen", que se pronuncia "veltzen", significa dar vueltas, pero revolcándose! O sea que en Viena, donde se dice que nace el "Waltz", la aristocracia veía escandalizada en este baile, como que la pareja estaba revolcándose de pie.
César Santa Cruz Gamarra, en su libro "El Waltz y el valse criollo" citando al álbum "Gran Festival de clásicos ligeros" editado por Selecciones del Reader's Digest, dice: "Hace poco más de un siglo, una danza de rústicos giros, invadió súbitamente el recinto de la buena música. Era el Vals"...
"El vals, considerado actualmente como la quintaesencia del decoro, fue tenido por muchos, en su día, por una danza indecente y aún licenciosa. En algunos lugares estaba prohibida. El vals era originariamente popular y tocado por pequeños conjuntos de cervecería (violín, viola y guitarra).
Y Kurt Phalen, en su Diccionario Universal de la Música dice: "Vals, uno de los bailes mundialmente difundidos. Fue en sus comienzos una expresión revolucionaria -por el enlazamiento de las parejas y sus giros "vertiginosos"-, muy de acuerdo con la época. Su triunfo señaló la victoria de la burguesía sobre la aristocracia, identificada por el minué".
"La generación subsiguiente (Chopin, Liszt) ya lo estiliza, mientras en Viena la danza halla su definitiva coreografía y sus más inspirados creadores: Lanner, Johann Strauss padre con sus tres hijos. Entonces el vals ya se ha convertido de baile revolucionario en el símbolo de una época feliz y una burguesía satisfecha".
Se dice que en 1830, Strauss padre tocaba sus valses con orquestas de 200 músicos. Este es el "Waltz" que llega a Lima en 1850, en manos del pianista austríaco Heinrich Herz. Sin esa fuerza popular que le imprimía la burguesía emergente. En la ciudad de Arequipa, ya se conocía por el año 1815.
Juan Carpio Muñoz, en su libro "Arequipa, música y pueblo", menciona la "Noticia" de Pereyra y Ruiz, escrita en 1816, que dice "La disposición para la música y el baile es buena, pero no progresan en esto por falta de maestros. Sin embargo, el Minué, el Waltz, el Bolero, el Zapateo, el Rin, la Contradanza, y otros báyles de Europa los báylan bien, pero nunca dan a su cuerpo la elegancia que en los báyles propios del país".

Podemos entender entonces que el valse arequipeño es tan diferente al limeño, porque recibió la influencia "Waltz" contestatario, no palaciego. Y explicamos la anterior, leyendo de Germán Peralta "Mecanismos del Mercado Negrero", donde aparece Buenos Aires como puerto de contrabando y por donde los españoles introdujeron negros y costumbres hasta Arequipa.
El dúo "Montes y Manrique", conformado por Eduardo y César, respectivamente, tuvieron el privilegio de ser los primeros cantores sudamericanos que viajaron a Nueva York a grabar para el sello "Columbia", 91 discos dobles de pizarra con 182 piezas del folklore costeño peruano en cinco series de 18".
"Fue un 26 de agosto de 1911, que con una guitarra marca `Tres palitos' sus voces agradables volaron rumbo a Nueva York". Esto según Aurelio Collantes. Otra versión dice que viajaron por mar y que la "disquera" RCA Víctor invitó a cantantes de varios países, pues cumplía un aniversario especial.
Algunas personas, nacidas a fines del siglo pasado, nos dijeron que "Montes y Manrique" no era el mejor "dúo". Que los había mejores, pero que eran negros. El caso es que no se puede negar el testimonio musical que dejó esta legendaria pareja: valses, polcas, habaneras, tonderos, marineras, resbalosas.
Eduardo Montes falleció en 1939 y César Manrique recientemente. Para nuestro parecer, el valse típico limeño y el 99% de la música costeña, es creación del negro peruano. Y sería el barrio de "Malambo", hoy Av. Francisco Pizarro, en el Rímac, que era conocido como: "Abajo el puente", donde nace.
Con excepción del mejor músico de esos tiempos, principios de siglo, el mulato don Manuel Justo Arredondo que vivía en el barrio de "Monserrat", conocido como "Cuartel Primero", los otros grandes: Nicanor Casa Aguayo, Braulio Sancho Dávila, Alejandro Sáez León y otros eran de "Abajo el puente".
Pero que habría que recordar que nuestros paisanos negros no tenían nada de africanos, aparte del color. Culturalmente eran "cholos", si entendemos este término, no como raza, sino como mestizaje de culturas. Entonces su valse vendría a ser el equivalente del "spiritual" del negro sureño de Norte América.
Nos contaban don Miguel Almenerio, Augusto y Elías Ascuez, Manuel Quintana, Pancho Monserrate, Víctor Arciniega, Pancho Ballesteros y otros amigos negros, nacidos el siglo pasado, que el valse era solamente para cantar. Que bailaban la "zamacueca", el "sambalandó", el "alcatraz", el "son de los diablos", el "ingá".
Es el blanco limeño bohemio y palomilla, el de la "tira" de "La Palizada" que comandaba Alejandro Ayarza "Karamanduka", el que alegra -a la fuerza- la tristeza del valse primigenio. No tenía ninguna obligación de compartir los problemas y la pena del negro. Y construye el "valsecito criollo y jaranero".
Y nace la incongruencia de escuchar, muy alegre, "jaranero", el triste valse que compuso Ceferino Vergara a la muerte de su esposa: "Murió mi compañera idolatrada" (así!) y en mi infortunio siempre la lloraré" (¡eso!) "y en la fosa en que se halla sepultada" (¡dale!) "se unirá todo cuanto loco amé" (¡voy a ella!).
Y así se le conoce, sobre todo en el extranjero y lo más grave entre nosotros. La música criolla se entiende como para amenizar una orgía. Con mucho trago, mujeres fáciles y "pichicata". Y no es cierto. Lo malo es que no se puede defender lo que no se ama. Y no se puede amar lo que no se conoce y se entiende.
No creemos que nuestra canción criolla sea la mejor, pero con todas sus limitaciones, es la creación de nuestros abuelos, negros, indígenas, blancos. No podemos obligar a los músicos jóvenes, a tocar igual que los viejos. Lo único eterno es el cambio. Pero sí, deben estudiarla y sólo así, asumirla o descartarla.
Nos parece que los principales creadores de nuestro valse son: Justo Arredondo, Felipe Pinglo, Víctor Correa, Manuel Covarrubias, Filomeno Ormeño, Pablo Casas, Alcides Carreño, Nicolás Wetzell, Laureano Martínez, Eduardo Márquez Talledo, Serafina Quinteras, Amparo Baluarte, César Miró, Sixto Prieto Franco.
Luego Pedro Espinel, Máximo Bravo, Ernesto Soto, Samuel Joya, Francisco Reyes Pinglo, Lorenzo H. Sotomayor, Augusto Rojas Llerena, Elsiario Rueda Pinto. Por 1950, aparecen Miguel Correa, Rafael Otero, Erasmo Díaz, Abelardo Núñez, Chabuca Granda, Mario Cavagnaro, Adrián Flores Alván, Adalberto Oré Lara, Jorge Huirse.
Finalmente, Augusto Polo Campos, quien escribe estas líneas, Emilio Peláez Montero, Alicia Maguiña, Félix Pasache, Pedro Pacheco, Juan Mosto y José Escajadillo. Faltan muchos autores provincianos cuyos nombres se han perdido. En este "Día de la Canción Criolla" felicidades a los verdaderos criollos.

Tomado de la Revista Caretas