miércoles, 8 de octubre de 2014

LAS CUERDAS DE RAQTACO

LAS CUERDAS DE RAQTACO

Alberto Juscamayta es, junto con el maestro Raúl García Zárate, una de las figuras que renovaron los ritmos ayacuchanos adaptando a la guitarra el sonido del arpa y violín.

Por Manuel Acosta Ojeda. Compositor

Cuando este servidor limeño se internó en el mundo andino y se hizo amigo de intérpretes e instrumentistas que no intentaban distraer al público en los coliseos, sino, por el contrario, despertarlo del letargo, escuché nombrar a Raqtaco, más que como un guitarrista, como una leyenda. Se dice que Raúl García Zarate contaba sobre él que su hermano Nery, el Pajarillo, había sido su amigo y que habían cantado y guitarreado juntos.
Hace algunos años atrás, llegó hasta las instalaciones de Radio Nacional del Perú –donde conduzco junto con Celeste Acosta Román el programa El Heraldo Musical– un hombre de andar lento.

Venía del brazo de una hermosa mujer andina. Se me acercó y me dijo: “Maestro, que gusto conocerlo, siempre he admirado sus canciones, ese valse ‘Madre’ me hace llorar.”

Mi hija Celeste me reveló que era don Alberto Juscamayta y realmente me emocioné. Allí estaba la leyenda, parado frente a mí, con su esposa, Doris Rodríguez.

Había venido a nuestra vieja Lima motivado por Rolando Carrasco Segovia, joven guitarrista que lo convenció de volver a tocar para su público, para todos sus paisanos que viven en la capital pero que añoran el sonido de la tierra.

Leyenda viva

Su trabajo es reconocido por transportar el sonido del arpa y el violín a la guitarra. Sus arreglos musicales en obras tradicionales sirven de base para nuevas generaciones.

Don Alberto Juscamayta Gastelú nació el 8 de agosto de 1920, en Huamanga (Ayacucho), y desde muy joven sintió gran pasión por la guitarra.

“Me siento muy emocionado de que ustedes me hayan colocado a la altura de Raúl García Zárate, que ha llevado la música de mi tierra por el mundo”, señala.


Quizás, quizás
(Huayno ayacuchanoAlberto Juscamayta)


Pasaron muchos, muchos años
De aquellos tiempos tan hermosos
Barra querida de Uchuspa
Fueron muchachos maravilla
Ay, ay, ay, no sé
Quizás, quizás, quizás
Acaso no hemos sufrido por un amor
Acaso no hemos llorado por ella
Ay, ay, ay, no se
Quizás, quizás, quizás
No quiero que jamás tu mente
Llegue a olvidar esta sentencia
Camino oscuro de la muerte
Quién no cruzará este camino
Ay, ay, ay, no sé
Quizás, quizás, quizás
Mañana cuando esté muerto
O ausente, guardarás mi nombre en tu memoria.
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Tomado del Diario Oficial "El Peruano" 21/09/2014