martes, 22 de noviembre de 2011

AUGUSTO SOBERANO




Tomado del Suplemento Variedades del diario El Peruano - Año 2010


25 AÑOS CELEBRANDO TU CANTO PRESENTE


Por Manuel Acosta Ojeda.

De los conocedores de nuestra verdadera canción tradicional limeña, nadie pone en duda la alta calidad de don Augusto Ascues Villanueva, sobre todo en el hoy llamado canto de jarana, por referirse a la marinera limeña. El único cantor de este género que no fue derrotado por Augusto es don Manuel Quintana Olivares, "El Canario Negro", nacido en 1882.

La importancia de nuestro personaje reside en que es el único de los grandes cantores nacidos antes de 1900, que ha dejado testimonio sonoro entre valses, habaneras, amor fino, jarana de contrapunto y resbalosas. Lamentablemente, no grabó los huainos y yaravíes que tanto cultivara, razón por la que lo denominaban "El negro serrano". Sus crónicas en el diario La República datan de los primeros años de la década de 1980, con valiosa información, de la que fue testigo presencial.

En la plaza Las Cabezas, a media cuadra del hoy puente Santa Rosa, en el distrito del Rímac, de la unión de don Jorge Ascues y de Nicolasa Villanueva nació Augusto, un 7 de octubre de 1892. Como reza su certificado de bautizo, emitido por la parroquia de San Lázaro –cuadra 1 de la avenida Francisco Pizarro, Rímac–, sus padrinos fueron Guillermo Beunza y Margarita Pérez, un 3 de abril de 1893.

Su infancia transcurre escuchando a los incomparables cantores del grupo Los 12 pares de Francia, entre los cuales destacaban sus tíos Mateo Sancho Dávila y Clara Boceta –única mujer–, en el barrio de Malambo, donde se había mudado su familia. Su cerebro de niño codifica toda esa información y si a esto le agregamos que en su adolescencia tiene el privilegion de escuchar las canciones de los labios de los propios creadores, tales como: Alejandro Sáez León, Nicanor Casas Aguayo, Braulio Sancho Dávila, Guillermo Suárez Mandujano, entre otros, podemos entender el inmenso caudal de conocimientos de nuestra tradicional musical limeña. Sumemos a esto la hermosa calidad del timbre de su voz, que muchos han calificado como la mejor, por su registro de tenor lírico.

Su privilegiada memoria lo hizo centro de consulta de los jóvenes aficionados a la investigación; podía hablar o cantar sin hacerse de rogar y sin aburrir a nadie.

Solo sus más allegados amigos se permitían bromearle con el apodo de "cabeza'e comba", "chapa" que no era por la forma de su cráneo, sino por como la usaba en una riña.

Su entrega y sinceridad no fueron recompensadas. En su lecho de enfermo vimos muy pocas personas. En nombre de lo que hemos aprendido de él, su repertorio y su dignidad, queremos agradecer a don Augusto Porth, quien lo tuvo rodeado de amistad y de cariño en sus peores momentos.

Alicia Maguiña hace en su honor la marinera limeña "Augusto, dueño del santo" para su cumpleaños de 1975. El "Señor de la Jarana" fallece el 17 de agosto de 1985, y es cuando Alicia le hace la resbalosa.

"Augusto dueño del santo" 
Marinera, marinera
traigo para regalarte
Es lo más grande que tengo
que otra cosa puedo darte.

Cosa que no se compra
Ni que se vende
De mi pecho se desprende
Lo que yo canto.

Es para Augusto
dueño del santo.
Muchos años,
celebremos tu cumpleaños.

Augusto Ascues dueño del santo
Hoy te he venido a felicitar
Hoy día 7 de octubre fiel a tu puerta mi amistad
Media mampara muda y cerrada
Me ha recordado que ya no estás
7 de octubre te venido a saludar
He venido a festejar.

Rompa filas, sentimientos
Salgan todos a cantar
Cabeza'e comba, serenata te voy a dar
Dónde has ido a celebrar.


Tomado del Suplemento Variedades del diario El Peruano.

sábado, 19 de noviembre de 2011

EL VIAJE DE UNA ALONDRA




ALTA LITERATURA EN EL VALSE CRIOLLO

Por Manuel Acosta Ojeda.

A principios del año 1997, en el número 5 de la revista Cuadernos de Música, creación heroica de Luis Justo Caballero, se publica un artículo de don Víctor Hugo Velásquez Cabrera, “Serenata criolla de Shakespeare”.

La bohemia de Lima cuenta, entonces, entre sus cofrades tanto al vate lacrimoso como al pensador sereno. Al lado del pintoresco bufón aparece el enamorado cantor. Hay serenatas por doquier. Junto al gusto ramplón se siente el aroma exquisito del buen vino: Se traduce a Virgilio, pero también a Byron. Se parafrasea a Dante, pero también a Shakespeare.

Arnaldo Márquez (1832-1903) es uno de estos elegidos de las musas: limeño, pensador, inventor, poeta y excelente traductor (...). De pronto, ante el apuro de la improvisación, aparecen Romeo y Julieta en plena serenata:

-Anuncia la alondra la mañana,
es la hora de partir mi dulce amor.
-No es la alondra, la aurora está lejana
es el canto sutil del ruiseñor.
Toda la noche en la granada
con su canto nos viene a arrullar.
–Canta la alondra, mi bien amada,
la luz de la mañana va a rayar.*

Está suposición nos hizo ahondar en el tema. Nadie dudaba de que el autor de la letra fuera don Pedro Bocanegra, pero ya habían dudas sobre la música, pues Aurelio Collantes en su libro Documental de la Canción Criolla –1972–, refiriéndose al músico Justo Arredondo decía: ...y es posible que sea autor de la música del “Canto de Luis Pardo”, “La Alondra” y “La bóveda azulada” atribuidas estas dos últimas al trovero chiclayano Pedro Bocanegra...

Con el tiempo, nos encontramos con el poemario Flores del Alma de Juan de Dios Peza (México, 1852-1910), quien en su poema “La Alondra” reza:

¡Adiós! La alondra anuncia la mañana;
Es preciso partir; adiós mi amor...
– No es la alondra... La aurora está lejana;
Es el dulce cantar del ruiseñor. 
Todas las noches sobre aquel gramado,
Me viene con sus trinos a arrullar...
– Canta la alondra ya, mi bien amado:
La luz de la mañana va a brillar.
Si me sorprende aquí... – Calla... – La muerte
En oscura prisión encontraré;
Para en mi entierro afán de obedecerte,
Que canta el ruiseñor, exclamaré.
Y aquella faja gris que sobre el cielo
Comienza entre las sombras a lucir,
Diré que es de la noche el denso velo;
Que es sombra el sol... – ¡No puedo resistir! 
La alondra es la que canta; siempre odiosa
Ha sido para mí; me causa horror;
Sus ojos de mirada recelosa
Cambian, cual los del sapo, de color. 
Escucha... Anuncia al sol, cantando ufana;
Prisión y muerte encontrarás aquí...
¡Aborrezco la luz de la mañana,
Porque me viene a separar de ti! 
– Te obedezco, y me voy... ¡ya nace el día!
¡Ay¡ ¿cuándo juntos nos verá a los dos?
– un beso, dame un beso amada mía...
– y en ese beso el alma... – ¡Adiós!, ¡Adiós! 


Indudable que nace primero como versos románticos de cortejo en cuartetas y hasta con sabor de serenata. Posiblemente se convierte en valse en una de las famosas Veladas Literarias ocurridas en Lima entre los años 1876–1877, donde asistían personajes como Abelardo Gamarra, Mercedes Cabello de Carbonera, Ricardo Palma, Arnaldo Márquez, José Alvarado; noches llenas de poesía, prosa y cantos populares por lo que no es aventurado pensar la asistencia de Arredondo a estas reuniones, conociendo su amistad con Gamarra.

La adjudicación a Pedro Bocanegra, se debe en gran medida a que él la cantaba en el Barrio de Monserrate, como serenata. Y así se repitió hasta la fecha.

Definitivamente esta es la mejor muestra que se tiene de una “Obra derivada”, es posible que Arnaldo Márquez recitara parte de los versos de Juan de Dios Peza, quien se basa en Romeo y Julieta de Shakespeare y este en la obra Piramo y Thisbe de Mateo Bandello.

 Tomado del Suplemento Variedades del diario El Peruano.


martes, 1 de noviembre de 2011

LUIS ABELARDO TAKAHASHI NÚÑEZ

EL HIJO DE DOS IMPERIOS


Por Manuel Acosta Ojeda.

El "chino"Abelardo fue el creador del valse con sabor a norte. Un prolífico compositor y músico. La gran Chabuca Granda lo consideró el mejor compositor de valses de su época. Todo un maestro de la música.

Ferreñafe parece un espejo del cielo. Es uno de los pueblos más bonitos de nuestra costa norte. Dicen que produce el mejor arroz del mundo. Allí, del dulce beso japonés de don Zacuzo en los labios mochicas de doña Tarcila, vino al Perú Luis Abelardo Takahashi Núñez, un 22 de noviembre de 1927.

Don Zacuzo Takahashi llegó a nuestras playas, desde su lejano Japón en 1916. Se casó con la señorita Tarcila Núñez, de la ilustrem familia de los Núñez Delgado. Tuvieron cinco hijos, Amelia, Abelardo, Jorge, Soledad y Blanca.

El "chino" Abelardo nació en la calle San Martín Nº 215, en el corazón de "Ñafe". Frente a esa casa vivían los hermanos Cabrera, que eran muy buenos músicos y tan negros que brillaban. Les decían "La banda de los espejos". Luego se mudaron al jirón de La Unión, siempre en "Ñafe".

El "chino-cholo" llegó a Lima en 1946, pero los condicionamientos de nuestra niñez son imborrables y definitorios. Abelardo se arrulló con la vigorosa, pero tierna música chiclayana. Y su memoria guardó para siempre melodías y letras limpias, como la conciencia de nuestros niños. Nadie puede dar lo que no tiene, el "chino" dio mucho porque recibió mucho, de nuestro pueblo todopoderoso.

En uno de sus viajes a "Ñafe", conoce a quien fuera la compañera de toda su vida, Nila Bautista, volviendo a Lima con ella en 1958. Hacen un nido, como los "chilalos" en la calle La Palma, jirón Arica 266, en Breña. Entre marineras y valses "revienta" la primera flor de sus besos: Tarcila Cristina. Allí escribió: "Cuando coseche el arroz, que en mi fundo yo he sembrado, te compraré la casita con la que tanto has soñado...".

Y así fueron naciendo canciones y retoños: Elizabeth, María Nila, Rosa, Abelardo, Adela y Pedro.

Con Abelardo recorrimos gran parte del territorio patrio, él me hizo caminar por Tumbes, Piura, Lambayeque, La Libertad; conociendo músicos y poetas populares. Y yo lo llevé a Huánuco, a las alturas de Cerro de Pasco, Cusco, Junín, Arequipa, Moquegua y Tacna.

Y por el año 1974, hicimos juntos el disco El Nuevo Día, en el cual incluimos cuatro canciones con letras mías y música del "chino", con la intención de revivir la creación colectiva, que produjo canciones muy bellas. Pero no tuvo eco.

Sus canciones rompieron récord, no había cantor que no interpretara alguna de sus obras musicales. Pero, como suele suceder, lo más sencillo es lo que pega más rápido, así quedó "Mal paso" como un himno en las peñas comerciales.


Canciones como “Engañada”, “Con locura”, “Imaginación”, “Ansias”, “Que viva Chiclayo”, “Mis anhelos”, “El chisco silbador”, forman parte del repertorio aun cantado, pero yo me quedo con “El nuevo día”, “El árbol, mi madre y yo”, “El chiclón”, “Corazón de Urpi” y los huainos “América despierta”, “Como una estrella”, “Por aquí pasaron”.

Siendo para este humilde servidor su obra máxima: "El puente".
Al otro lado del puente
un nuevo cielo me espera
yo voy a cruzar el puente
aunque al cruzarlo yo muera.
Y si yo logro cruzarlo
será mi mayor consuelo
la muerte no será muerte
no hay muerte bajo ese cielo.
Son profundos los abismos
que esperan al caminante
si vas a cruzar el puente
no te muestres vacilante.
Tormentoso es mi destino
lágrimas que voy dejando
gracias a Dios, felizmente
el puente ya voy cruzando.
Allí las aves son libres
anidan en los laureles
hay rosales sin espinas
y los árboles no mueren
los ríos no tienen dueño
ni las montañas tampoco
todos aplacan su sed
bebiendo en la misma fuente.
¡Dígame, si no hay razón!
¡Para que yo cruce el puente!

Tomado del Suplemento Variedades del diario El Peruano. El Puente Contéstame Reportaje Embrujo

viernes, 28 de octubre de 2011

DIA DE LA CANCIÓN CRIOLLA

LA GRAN "CARRERA" DE JUAN MANUEL

Por Manuel Acosta Ojeda.

Creemos que el encanto de nuestra llamada Canción Criolla reside en su largo proceso de mestizaje, siendo el negro peruano el iniciador de esta manifestación popular, seguidas del blanco y el andino.

El panalivio, la zamacueca, el son de los diablos, el alcatraz, el samba-landó, la habanera, el tondero, la resbalosa, la marinera norteña, el valse, la polca, el canto de jarana y el tropicalizado festejo son las danzas y canciones –salvo error u omisión– que conforman nuestro repertorio criollo.

HABÍA UNA VEZ...
Los criollos de antaño no necesitaban un día para festejar su música; había la costumbre de reunirse los fines de semana para cultivarla en los centros musicales desde 1935, con la creación del Carlos A. Saco, ubicado en los Barrios Altos, en la esquina de Acequia de Islas y Los Naranjos, en la actualidad cruce de los jirones Huánuco y Miró Quesada. Al año siguiente, el CSM Felipe Pinglo Alva; luego, el Pedro A. Bocanegra, El BarriosAltos, El Victoria, entre otros.

Debiendo mencionar también la obligatoriedad para el cumpleaños de un criollo de festejarlo con serenata, santo y joroba.

Hasta que el 18 de octubre de 1944, mediante una resolución suprema, el presidente Manuel Prado Ugarteche declaró Día de la Canción Criolla el 31 de octubre.

Pero no fue por voluntad del mencionado presidente, quien por ser aristócrata no era muy partidario de las costumbres populares. Este logro se consiguió por la férrea y terca campaña de don Juan Manuel Carrera del Corral, nacido en Lima el 11 de mayo de 1904; sus padres fueron el doctor Juan Manuel Carrera, auditor general del Ejército, y doña María Esther del Corral. Este personaje trabajaba en el diario El Comercio, –como linotipista–, de propiedad de la poderosa familia Miró Quesada, la que influyó notablemente en la aprobación del pedido. Pero hay un dato poco contado dentro de esta historia; el día elegido originalmente fue el 18 de octubre, lo que causó gran malestar en los devotos del Señor de los Milagros, pues coincidía con la salida en procesión del Cristo Moreno. Luego de varias conversaciones se eligió el día 31 del mismo mes, por ser víspera de día feriado y así poder celebrar con tranquilidad.

Juan Manuel Carrera del Corral, como presidente del desaparecido Centro Musical Carlos A. Saco, encabezó la organización para la noche del anuncio de la resolución, consiguiendo la asistencia de Manuel Prado, quien desde el balcón del segundo piso de la mencionada esquina se dirigió a los concurrentes que llenaban totalmente la plaza Buenos Aires, anunciando la creación del Día de la Canción Criolla. La transmisión al público y al país entero estuvo encargada a Radio Nacional del Perú.

Terminado este protocolo, los directivos de los otros centros musicales que fueron invitados retornaron a sus respectivos locales, donde los esperaban para continuar con la celebración.

Carrera, "luego de tener una operación quirúrgica de urgencia, dejó de existir en el Hospital Obrero a las 11 de la noche del domingo 3 de mayo de 1959. Dejó una esposa, Inés Ballesteros de Carrera, y cinco hijos: Celia, Inés, Cecilia, Ramón y Juan. Sus restos se encuentran en el cuartel San Joaquín 52-D del cementerio Presbítero Maestro de Lima (1)".

Nobles bohemios (valse)Alcibíades Coronado
Se oyen las guitarras y laúdes,
tristes melodías que son quejas,
en que se recuerda con cariño
a los nobles bohemios que se fueron.
El Día de la Música Criolla,
que con regocijo se celebra
recordando a los criollos del pasado
surgen estos nombres a mi mente.
Pinglo, Saco y Bocanegra,
tres maestros sin igual,
fueron los que enriquecieron
nuestro folclore nacional.
Hoy se escucha por doquier,
en sentido modular,
quejas que salen del alma,
es la canción popular.

(1) Información: Darío Mejía



Tomado del Suplemento Variedades del diario El Peruano.



lunes, 24 de octubre de 2011

FÉLIX CASAVERDE VIVANCO

Sin títuloVolver para Quedarse


ESCRIBE: MANUEL ACOSTA OJEDA

EL PERÚ LLORA LA PÉRDIDA DE FÉLIX CASAVERDE, UNO DE LOS MEJORES MÚSICOS NACIONALES. SU ESTILO DE TOCAR LA GUITARRA, SOBRIO Y ELEGANTE, LO UBICÓ EN UN ALTO SITIAL. Y SU ARTE FUE RECONOCIDO EN OTROS PAÍSES COMO MÉXICO, DONDE ACOMPAÑÓ A TANIA LIBERTAD.

Conocí a Félix Casaverde cuando éste era un niño de unos siete años. Fue en casa de la familia Bolaños, en la calle del Carmen, en Surquillo. Allí ensayaba el conjunto de música tropical "Los Nieves", integrado por "Nacho" Bolaños, Jorge y Luis Casaverde -tío y padre de Félix-; este último tocaba el acordeón y la guitarra; era el único del conjunto que sabía leer y escribir música.

A esta casa le decían "El Rancho", porque era muy grande; en ella había música constantemente. Juan José Araujo, laudista; Carlos Hayre Ramírez, guitarrista; Augusto Ballón, uno de los más cercanos amigos de Felipe Pinglo Alva; Teófila Ramírez; Víctor Almenerio y muchos otros cantantes e instrumentistas.

Allí fue que, viendo la colocación de los dedos de la mano izquierda sobre los trastes, aprendió las posiciones básicas, para acompañarse en algunas canciones. Por aquella época, la jerarquía patriarcal era muy respetada y a don Lucho no le gustaba que su hijo tocara la guitarra, razón por la que nunca le enseñó ni permitió que tocara la guitarra delante de sus amigos.

Por el año de 1962, la junta militar de gobierno que derrocó a Fernando Belaunde, convocó a elecciones generales; el Partido Comunista creó el Frente de Liberación Nacional encabezado por personajes pintorescos como el cura Salomón Bolo Hidalgo y "Sofocleto", además del general E. P. César Pando Egúsquiza y el doctor Ángel Castro Lavarello; Félix con solo 16 años, acudía entusiastamente a las manifestaciones. Fue entonces donde lo recordé y entablamos amistad, a pesar de la diferencia de edades. Pasadas las elecciones, dejamos de vernos.

En casa del ahora consagrado guitarrista Rufino Ortiz, nos reencontramos; sorprendiéndome Félix con sus progresos en la armonía. Al tiempo lo vi con grato asombro por la televisión, acompañando a Chabuca Granda.

Su destreza y elegancia le consiguió un alto sitial, como acompañante de artistas de renombre, dentro y fuera del Perú, como es el caso de Chabuca Granda, Susana Baca, Eva Ayllón. Mención aparte merece su trabajo en México al lado de Tania Libertad, durante ocho años (enero 2001- enero 2009). Retornó con muchos proyectos, con ganas de seguir trabajando en el folclor negro costeño. Sin olvidar, que el Perú no es solo la costa, por lo que tuvo varias presentaciones, alternando con instrumentistas de la música andina.

Fue uno de los pocos artistas negros que coincidían con mis opiniones de que en el Perú lo único africano que había eran las embajadas; cuando le preguntaban sobre lo "afroperuano", siempre respondía con su acostumbrada calma: "nada de afroperuano, aquí no hay religiones africanas, él que ha visitado Senegal, Angola, de primera mano, sabe que esto es harina de otro costal".

No me queda más que decir, ¡hasta siempre! a un gran artista, compañero y amigo. 

Aquí la canción que Daniel "Kiri" Escobar, le dedicara hace  muchos años.

"TUS MANOS SON DE VIENTO"
A Félix Casaverde...
Yo quiero que el hombre no muera
de hambre, de odios, de olvidos.
No quiero que haga la guerra,
yo quiero que lleve sus manos
con agua de cielo
y luz del verano.
Yo quiero que el hombre sonría
le cante a la sal de los días
que vayan sus manos de viento
al surco de tierras baldías
que salga al camino y atrape la vida.
Ven, vamos a hacer un mundo nuevo
con la juventud de la mañana
que es un arco iris este sueño
la más bella flor en mi ventana.
Vamos que ya va llegando el día
y hay que engalanar las casas viejas
toda la comarca es una fiesta
saludando al mar con melodía.
Vamos mi amigo, vamos andando el camino.
vamos mi hermano, el camino está esperando.
vamos mi amigo, vamos sembrando, sembrando.
vamos mi hermano, vamos cantando, cantando.
tus manos son de viento.
tus manos son de amigo.
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Tomado del Suplemento Variedades del diario El Peruano (24/10/2011)


Corazón, Félix Casaverde (Guitarra), Julio Tirado (Cajón)

Tus manos son de viento - Kiri Escobar

Felix Casaverde - Cuatro Tiempos Negros Jovenes

sábado, 22 de octubre de 2011

MARIANO MELGAR VALDIVIESO

melgar
MARIANO MELGAR VALDIVIESO
El primer autor criollo


Por Manuel Acosta Ojeda.

El poeta arequipeño no sólo fue un revolucionario patriota, Mariano Melgar fue también el iniciador de la música criolla en el naciente Perú. Sus creaciones, llenas de romanticismo, expresan un sentimiento profundo y propio.


Por 1940 se sabía muy poco de él en Lima, para los niños de esa época era como un sueño, parecía una leyenda, no había certeza ni de la fecha de su nacimiento. Ahora podemos decir que nació el 10 de agosto de 1790, siendo bautizado el 12 del mismo mes, ya que un recién nacido tenía que recibir este sacramento antes de los tres días, so pena de quedarse "moro".

Muchos dudan sobre su calidad musical, a lo que Juan Carpio Muñoz responde con referencias históricas: que el maestro Francisco Tomás de Quiroz le enseñó a tocar la vihuela y el órgano; que Arndt von Gavel encontró en el archivo de la Sociedad Musical de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Arequipa un miserere cuya música y letra lleva impreso el nombre de Mariano Melgar.

Ten mi Dios, mi bien, mi amor,
misericordia de mí,
ya me ves postrado aquí
con penitente dolor...

Para luego continuar con la décima número XII: "No me arrojéis enojado/ de tu presencia
Señor...".

Su mayor aporte fue a la literatura, sin recibir muchos elogios, la única obra que él ve publicada sería la fábula: "El ruiseñor y el calesero" (1813) en el diario limeño El Investigador donde manifiesta su posición ideológica, al denunciar la manipulación de la conducta popular por las clases dominantes. Eran tiempos de ebullición social libertaria, atravesando el país por una anarquía política.

1827 es el año en que empiezan a salir a la luz las obras de nuestro Precursor de la Independencia. "Carta a Silvia" –publicación póstuma en Ayacucho– fue su tarjeta de presentación como escritor, pues ya era conocido por entregar su vida en busca de nuestra Independencia y a partir de allí se le tituló como: "El Poeta Mártir".

José de la Riva Agüero lo califica como un "caso curioso en la literatura peruana", a lo que José Carlos Mariátegui responde: es "el
primer momento peruano de esta literatura", “el primer momento peruano de esta literatura”. Luis Alberto Sánchez respalda también a Melgar y afirma: "Si se insiste en menospreciar al poeta por imperfecto, se comete craso error. Cualquiera fuese su torpeza expresiva, le salva su valentía temática. Él rompe las trabas coloniales. Exalta a la mujer. Se entrega a la patria" (1).

Sin mala intención se ha presentado a Melgar como el creador del Yaraví, a lo que anotamos que él jamás utilizó este título y que esta forma de canto existía mucho antes, sólo con el nombre de "canción". La palabra Yaraví sería recién de 1862 y "responde a un afán taxonómico y nominalista de algunos eruditos y viajeros como Antonio Pereyra y Ruíz, Mateo Paz Soldán que basados en el parentesco musical y literario de las antiguas canciones con los Harawis Incaicos las 'bautizaron' como Yaraví" (2).

El celador mayor –el pueblo–, a través de la tradición oral, cuida y transforma a sus gustos y necesidades la herencia artística. Es por eso que la "canción" "Pues no pueden mis clamores", convertido al yaraví "Constancia" se llevó al disco reducido y con variaciones en su letra, por los hermanos Neves Govea y así quedó.
Pues no pueden mis clamores,
mis ansias, ni mis suspiros,
cruel, ablandarte;
Llegará el día fatal
en que puedan mis desgracias
horrorizarte.
Insensible a mis querellas
has nublado mi existencia
en esa mañana;
y contenta con mi llanto
con mis martirios y penas,
vives huraña.
¡Ay! si después de la muerte
Allá, dentro del sepulcro
amor reinara,
desde allí cual fiel amante
–Silvia mía, encantadora–
reunido con los muertos
yo te adorara.

(1) Sánchez, Luis Alberto, La literatura peruana T. III. Ed.
Juan Mejía Baca. Lima Perú 1981, p. 766
(2) Carpio Muñoz, Juan Guillermo, El yaraví arequipeño.
Arequipa 1976, p.29



lunes, 17 de octubre de 2011

UN ROMANCERO PALOMILLA

LUCAS BORJA ROJAS

Por Manuel Acosta Ojeda.
No conozco otro paisano con tantas profesiones, como nuestro personaje: cantor, guitarrista, pianista, compositor, recopilador, arreglista, gremialista, torero, contador público, auditor, abogado e historiador.

Cariñosamente apodado en su juventud "el loquito de Abajo'el puente", por su enorme afición a la canción tradicional limeña. Con el transcurrir de los años, conoce y se enamora de la canción andina y la de todo el país, por lo que ahora merece ser galardonado con la orden "Loco por el Perú".

Nació el 14 de setiembre de 1933 en la avenida Grau 369, en el Chirimoyo de Barrios Altos. Hijo de don Lucas Borja Ricra y de doña Hilda Rojas Eusebio. Al poco tiempo se mudan al jirón Cajamarca y luego a Calle Nueva, cuadra 3 del jirón Libertad, cerca del Teatro Royal, en el Rímac.

El Colegio Fiscal 445, donde estudió su primaria, fue testigo del comienzo de una gran amistad con Héctor García, con quien empieza a cantar para las actuaciones escolares. La secundaria la hizo en el colegio José Granda. Estudia en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos graduándose como contador público y, finalmente, como abogado.

Se inicia de manera profesional en la vida artística muy joven con el trío "Los Embajadorcitos", junto con Carlos Zambrano y Enrique Delgado. Formaría luego el trío "Los Rimenses" con Héctor García y Alberto Luque. Pero con el trío Los Romanceros Criollos alcanza su consagración definitiva; la primera y originalísima guitarra era don Guillermo Chipana Machao, "el Chino" –quien nos dejó el 25 de diciembre de 2002–; Julio Cerna Álvarez en la primera y potente voz y nuestro Lucas Alejandro, guitarra de apoyo, segunda voz y arreglos. Popularizaron muchas canciones, de todas ellas, hasta hoy se recuerdan "Engañada" y "China hereje".

Debutan en Radio El Sol en noviembre de 1953, con un éxito impresionante a pesar de la inmensa popularidad con la que contaban los Embajadores Criollos, por 1950, y los Troveros Criollos, en 1952. Muy pronto las disqueras se interesaron por este trío de jóvenes, que entre las ofertas escogió la MAG. Pasando a la historia con 49 años de trabajo como el trío de más amplia trayectoria.

En 1959 crea el trío "Los Palomillas" con sus amigos de toda la vida, Héctor García y Enrique Delgado, causando grata impresión.

Como compositor, su obra más conocida es el valse grabado por los Kipus "Amorcito tengo una pena, que me acongoja de tal manera que me lacera...".

Integran su obra: "Vengo a cantarte mi serenata como acostumbro todas las noches a tu ventana...".

"Cantar llorando": "Al alejarte nuevamente de mi lado quede llorando por tu determinación...".

"Estoy celoso": "Estoy muy triste por que hace noches que no te veo, estoy muy triste y sin tu cariño me voy a morir...".

"Rioja". "Salí de Lima rumbo a otras tierras, cruce la sierra a otro confín, a esa delicia ceja de selva, Rioja provincia de San Martín...".

"Cuando toco mi guitarra tu nombre surge en mi voz y el aire en grito desgarra si se desamarra de mi corazón...".

Es el autor y recopilador que ha trabajado más en cuanto se refiere a la canción patriótica, la que nos recuerda a Túpac Amaru, Micaela Bastidas, Francisco Bolognesi, Miguel Grau, Andrés A. Cáceres, Abelardo Quiñones y muchos otros héroes.

Este gran trabajo se muestra en forma constante y con gran vigor por el apoyo y la bien timbrada voz de Luisa Ramos Mere en el Dúo Patria desde junio de 1990. Con ella no sólo comparte ideales, sino la terca esperanza de recuperar los valores humanos.

"Defendamos nuestra música peruana que es del pueblo su más intima expresión, basta ya de melodías importadas, si tenemos grande acervo y tradición (...) si no me escuchan yo lo dejo a su conciencia, si han olvidado que son hijos del Perú, han sembrado vientos con su indiferencia, que es lo que desvía a nuestra juventud...".








Tomado del Suplemento Variedades del diario El Peruano.

LA MELODÍA DEL FOGÓN

ENTRE CARBÓN, BATÁN Y GUITARRAS
Por Manuel Acosta Ojeda
La deliciosa comida tradicional peruana que disfrutamos con deleite, al igual que nuestra música popular, es el producto de un largo y hermoso proceso de mestizajes. Desde el lejano inicio de esta mezcla, el placer del buen comer ha estado siempre escoltado de cuerdas, voces y palmas.
En las antiguas casas de Lima, no faltaba un corral al fondo de la casa, junto a la cocina. Recuerdo una noche de jarana en casa de Hernán La Rosa, conocido cariñosamente como “Carnero” –porque tenía el cabello blanco, largo y encrespado–; serían las 10 de la noche y ya “hacía hambre”. En sol mayor y sonriendo pícaramente, inició una resbalosa que decía:
Para comerse un pollo
a la minuta
muy bien guisado
se necesita un pollo
bien tiernecito y bien desplumado.
Lo primero que se hace:
se prende la candelita
y luego se coloca
la cacerolita.
Ajitos y cebollitas
y ají muy bien picados
y una vez que está dorado
se da la vuelta
pal otro lado.
Recordemos que la resbalosa ha sido añadida como segunda parte del canto de jarana o marinera limeña. Esta creación –sin autor conocido–, se canta desde principios de 1900.
Con la tecnología moderna han desaparecido patrimonios culturales de nuestros abuelos: “el batán”, “el mortero”, “el brasero”, “la leña”, el “carbón de palo”, “el soplador”, “la olla de barro”, “la cuchara de palo”.
El concolón era el arroz que al fondo de la olla –al principio– por descuido se doraba –casi quemado– absorbiendo todo el aroma y sabor de la manteca de chancho. Fue tal la aceptación de este error, que se empezó a hacer ex profeso.

Existe un “Festejo” que en su parte final dice:
Arroz con concolón.
con su “bitute” o´ita no má...
El bitute según Juan José Vega era el término utilizado por los afrodescendientes, para nombrar al frejol guisado. Con el tiempo el término se extendió para denominar la comida.
Compañeros de viaje fueron el chino y el blanco. Fernando Soria Menacho, integrante de “La Palizada”, escribió varias obras “a la manera del negro”.

'Chinito chicharronero
dame un pan con chicharrón;
que no tenga mucho hueso,
chinito no seas ladrón.
Que el pan esté calientito,
que no tenga migajón
y ponle un camote frito,
chinito no seas ladrón...

Noche criolla es el valse que mejor habla de la comida criolla, pertenece en letra a la poetisa moqueguana Amparo Baluarte y en la música a Nicolás Wetzell Romero.
Los licores provocan, mi bien,
y la causa limeña también;
qué rico está el camarón,
que dulce está el picarón
y los choclitos tiernos son.
Los anticuchos pican
como tus labios,
mi morenita gentil,
tienen bastante ají,
pimienta y perejil.
La chicha sabe a gloria,
y hace cosquillas,
cuando llega al paladar,
y el escabeche está
diciendo: como yo
no hay nada mejor.
Recopilé y completé unos viejos versos que escuché en mi querida Moquegua.
Me invitaron a Yacango
a casa ´e los Antillaque,
a comer la “cacharrada”
plato caro y “badulaque”.
Casi muero de placer.
¡Que delicia de comida!
Hígado y corazón,
“chunchulas” y “criadillas”.
Pisco, vino y chicha “baya”
“resacao”, para los gases,
ají con queso y “racacha”,
polcas, marineras, valses.
Jamás he gozado tanto.
Como es un cuento de hadas,
para el día de mi santo
¡Quiero una “cacharrada”!
Los creadores del 90 por ciento de la “canción y comida criollas” fueron los negros, en los galpones,
chacras y callejones. Y hoy se pasea “coqueta” por los más elegantes salones del mundo.
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domingo, 2 de octubre de 2011

Flores para Adrián

UNA ENTREGA DE ALMA, CORAZÓN Y VIDA

Por Manuel Acosta Ojeda

Podemos afirmar que después de “Nube gris”, de Eduardo Márquez Talledo, el valse más cantado –hasta hoy– es “Alma, corazón y vida”, de letra y melodía
sencillas, que exhala una gran sinceridad, transmitiendo una profunda ternura, logrando comunicar inmediatamente el mensaje que encierra.
Pertenece en letra y música a don Adrián Flores Albán, nacido en el distrito de Bellavista, provincia de Sullana, departamento de Piura, el 8 de setiembre de 1926; sus padres fueron don José Eusebio Flores Cruz y doña Felicita Albán Silva.
Nuestro amigo Gonzalo Toledo Crovetto contaba la historia de un señorita de nombre Eva, quien era la “culpable” de la existencia del valse; tumbesina, quien se casó con un comerciante, lo que motivó que Adrián viniera y viviera en los Barrios Altos.
Y es así como nace en 1948 “Alma, corazón y vida”; todavía en su tierra natal, y la anota sobre el exagrama de su guitarra, pues Adrián, al igual que la mayoría de los que hacemos canción popular en el Perú, conocemos primero “el palo trinador” y después la teoría musical.
Ese año es inolvidable para mí, porque se interrumpió la democracia por el golpe de Estado que encabezó el general Manuel A. Odría, derrocando al gran tribuno arequipeño José Luis Bustamente y Rivero.
Volviendo al tema, en 1952, Teresita Bergamino, casi una niña, cantante con gran simpatía, graba en discos, para el sello Odeón, su valse, causando tremendo impacto en los aficionados a la música criolla. Luego, lo graba Esther Granados, para Sono Radio. Pero es con “Los Embajadores Criollos”
–que lo graban ese mismo año para Odeón– que rompe todos los topes de venta conocidos. Alejandro “el Chino” Rodríguez le crea un punteo en la guitarra que, en los teatros, la gente aplaudía de pie, haciéndolo repetir. En la parte final del valse, Carlos Correa le hace un contrapunto adelantando la melodía y la letra, un poquito antes de la voz de Rómulo Varillas, que el público también hacía repetir en Radio Victoria, donde era tema obligado todos los días en los programas de mediodía.
La letra dice:
Recuerdo aquella vez, que yo te conocí,
recuerdo aquella tarde pero no me acuerdo
ni como te vi.
Pero sí te diré, que yo me enamoré,
de esos tus lindos ojos y tus labios rojos
que no olvidaré.
Oye esta canción que lleva, alma, corazón y vida,
estas tres cositas nada más te doy.
Porque no tengo fortuna,
estas tres cosas te ofrezco,
alma, corazón y vida y nada más.
Alma para conquistarte, corazón para quererte
y vida para vivirla junto a ti.

En 1955 –su eterno valse– rompe récords de venta en Brasil, en las voces del trío “Marabú” para el sello Copacabana. Después, lo graban en Argentina el trío “Monges, Ayala y Sánchez” y “Las Argentinitas”. Luego, “Los Panchos”, los originales: “Chucho” Navarro, Alfredo Gil y Hernando Avilés.

En marzo de 1979, lo graba como balada el famoso cantor español D’Jango, y en agosto del mismo año su paisano Raphael le dice: “Hey, eso es un valse peruano” y lo graba en su ritmo original. Y así podríamos seguir...
Tengo un gratísimo recuerdo de esta canción; estaba en París y Julio Ramón  Ribeyro me llevó al restaurante L’escale, en el barrio latino, muy cerca de La Sorbona, donde me encontré con Milton Zapata, guitarrista piurano, y Martín Torres, músico argentino; este último me llevó a Odeón 10, donde había un barcelonés que cantaba y tocaba la guitarra muy bien. Al enterarse de que yo era peruano, interrumpió su recital y me dedicó “Alma, corazón y vida”.
Noble y alegre –como un aumento de sueldo–, querido Adrián, “¡Feliz te recibe el año...!”

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Tomado del Suplemento Variedades del diario El Peruano

lunes, 29 de agosto de 2011

CONFIDENCIAS - SOLO SÉ QUE TENGO SED

Este 17 de septiembre , Manuel Acosta Ojeda realizará una presentación en la Derrama Magisterial, donde se entremezclan las anécdotas sobre los amigos, la música y la bohemia.
Manuel Acosta Ojeda es considerado uno de los más importantes exponentes de nuestro canto popular y estudioso defensor del legado de Felipe Pinglo, Pablo Casas y Lorenzo Humberto Sotomayor.

A sus 81 años, el compositor del hermoso vals “Madre”, mantiene un sentido del humor y rapidez mental envidiable; además de reconocido autodidacta y profuso investigador de la música peruana.

Es creador de obras musicales que rompen el esquema de lo tradicional, sus temas contienen un profundo sentimiento social y poético como “Cariño”, “Así te quiero”, “Promesa”, “Oro y virtud”, entre otros; las mismas que serán interpretadas por manuel Acosta Ojeda y sus invitados, este 17 de septiembre desde las 7:30 de la noche auditorio de la Derrama Magisterial.

DÍA. Sábado 17 de septiembre del 2011

HORA: 7:30 de la noche

LUGAR: Auditorio de la Derrama magisterial

(Av. Gregorio Escobedo 598 (Jesús María).

INFORMES: 9999 79606

PRE VENTA: C.S.M “Felipe Pinglo Alva”. Asaje Olaya 110 – 305. Plaza de Armas de Lima

Tomado de la página web: www.rpp.com.pe

jueves, 11 de agosto de 2011

SECO Y VOLTEA'O, A LA MODA DEL CALLAO


SECO Y VOLTEA'O, A LA MODA DEL CALLAO

QUE BEBA EL SANTO

Por Manuel Acosta Ojeda.

La historia del Puerto del Callao empieza –de lo que sabemos– en 1537, cuando una orden del Cabildo de Lima le indica a Diego Ruiz la construcción de una bodega para la conservación y protección de los productos que llegaban al primer puerto. Su nombre fue cambiando con el tiempo: "Callao de Lima"; "Callao del mar"; "Pueblo y puerto del Callao" y "Cuidad del Callao" en 1671.

Es el 20 de agosto de 1836, cuando el mariscal Andrés de Santa Cruz le otorga autonomía con el título de Provincia Litoral. La que se ratifica ampliándose a Provincia Constitucional, totalmente independiente de Lima, el 22 de abril de 1857.

Entre sus hijos ilustres, que son muchos –principalmente los héroes del Combate del 2 de Mayo de 1866–, en lo que respecta a nuestra especialidad de música popular y tuve el honor de conocer, están don Miguel Almenerio Mejía, quien nació el 8 de mayo de 1877, patriarca de la canción criolla, anterior a los hermanos Ascues, autor de valses como "Rebeca", "Recuerda cuando anduvimos, por montes y serranías...", cuya letra pertenece a varios poetas y que se canta fragmentada en otros géneros, como yaraví, huaino, pasillo; "Tempestad" con letra del poeta chosicano José Fianson "Tras angustiosa noche, de tempestad horrible..." Falleció en su último domicilio en la calle Teniente Arancibia, en los Barrios Altos.

Don Carlos Alberto Saco vino al mundo el 25 de febrero de 1894. Sus canciones más conocidas son el pasacalle "Cuando el indio llora", los valses "Las cautivas": "Somos dos heroicas hermanitas hijas del Perú..."; "Rosa Elvira": "Es dueña de mi amor y autora de mi afán...", con letra de Pedro Espinel. En febrero de 1935 fallece este gran pianista y con su nombre se creó el primer centro musical criollo del Perú.

"El Ruiseñor": "Si fuera un ruiseñor, de fantástico erguir..." pertenece a don Víctor Correa Márquez, nacido el 28 de abril de 1895. Su valse más conocido es: "En ti pensé, al ver yo tu hermosura, en mi presencia aparecer te vi..." "Petita", "Amarga verdad", la polca "La Gitanilla", letra que según la poetisa Amparo Baluarte pertenece al poeta José Santos Chocano, son parte de su extensa obra.

Don Eduardo Márquez Talledo, nacido el 25 de febrero de 1902, es autor del valse "Nube gris", grabado en 22 países en diferentes ritmos e idiomas –por 1953– sin perder vigencia. Su obra encierra no solo valses sino polcas, festejos y marineras al estilo del norte. A su tierra natal, el Callao, le dedica:

"Pedazo querido de tierra peruana
donde una mañana vi la luz del sol;
pulso mi guitarra y entre sus sonidos
te van los latidos de mi corazón.

"Cada pincelada de tu puro cielo
me brinda un consuelo, me da una ilusión.
He vuelto a tu vida, tranquila y serena,
y de cada pena hago una canción..."

El recordado y querido "Chato" Manuel Raygada Ballesteros nació el 8 de mayo de 1904. En 1928, para la reincorporación de Tacna a suelo patrio, se dice que viaja a Chile y no regresó hasta 1955, ya casado con Juana Sepúlveda y con sus cinco hijos; los seis chilenos.

"Mi Perú", "Mi retorno", "Mechita" son algunas de sus obras, pero es "Nostalgia chalaca" –polca– la que representa con más fuerza al puerto.

"Noche chalaca de luna majestuosa,
ausente y lejos te veo siempre hermosa.
Siento que se desgarra, de mi pecho el corazón,
al cantarte en mi guitarra, al evocarte mi canción.

¡Chim Pum! Callao, o querida tierra mía,
tu eres la única alegría que recuerda mi vivir
¡Chim Pum! Callao, yo te añoro noche y día,
siento que esta lejanía atormenta mi existir..."

La lista es extensa, hemos querido resaltar a los que abrieron el surco sin "arar en el mar".

Tomado de la Revista Variedades del Diario El Peruano.

domingo, 19 de junio de 2011

A LA HERÓICA Y BLANCA CIUDAD


ENTONEMOS UN HIMNO DE GLORIA
A la heroica y blanca ciudad

Por Manuel Acosta Ojeda.

En su 470° aniversario, queremos recordar con nostalgia, la bella música popular de la heroica y blanca ciudad: Arequipa.

Recordamos los hermosos yaravíes de don Mariano Lorenzo Melgar Valdivieso, poeta mártir de nuestra independencia y por coincidencia nacido en agosto de 1790. Las muy bellas "pampeñas", sus enérgicas marineras y sus valses –tan distintos a los limeños y norteños–. Hoy, en homenaje a esta ciudad, entregamos tres valses con características de la región, de tres autores "characatos".

Juan Carpio Muñoz, en su libro Arequipa, música y pueblo, menciona el manuscrito de Antonio Pereyra Pacheco y Ruiz, "Noticia de la muy noble y muy leal ciudad de Arequipa en el reino del Perú", escrita en 1816 que dice: "La disposición para la música y el baile es buena, pero no progresan en esto por falta de maestros. Sin embargo, el minué, el waltz, el bolero, el zapateo, el rin, la contradanza, y otros báyles de Europa los báylan bien, pero nunca dan a su cuerpo la elegancia que en los báyles propios del país".

El waltz que llega a Lima, venía importado para las clases aristocráticas de la capital, vía Panamá; pero el waltz que llega a Arequipa lo hace vía Buenos Aires-Potosí, viene en la memoria de los esclavistas europeos, aquel creado por la burguesía emergente, con la energía de esa clase –entonces– popular.

La música del primer valse, de autor conocido en el Perú, corresponde a "Al pie del Misti" –1894– del doctor Eduardo Recabarren García Calderón, que fuera originalmente para piano; años más tarde le pondría letra la profesora arequipeña Eva Miranda de Zaráuz.

"Al pie del Misti
muy blanca y bella
esta Arequipa,
mi tierra querida..."
Cuya melodía nos recuerda a una mazurca.
"Canta gozoso mi corazón
de tu pasado canten las glorias
entonemos un himno de amor
Arequipa, cuna de Melgar."

Esta parte de la canción tiene mucho sabor a Jota Aragonesa.

"La Despedida de Melgar" conocida actualmente sólo como "Melgar", pertenece a don Benigno Ballón Farfán. Quien por 1915 le tocó vivir un tiempo en Bolivia y lleno de nostalgia tomó algunos versos del poeta también arequipeño Percy Gibson.

"Blanca ciudad, hermoso cielo azul, puro sol,
montañas de mi lar donde nací,
donde me crié para amar.
Aquí dejo mis sueños,
aquí dejo mi amor,
aquí dejo mis lágrimas de eterno desconsuelo,
porque mi estrella triste fue cruel."

Lo demás pertenece a Ballón: "Silvia adiós, ya perdida la esperanza de tu amor mi fe / a partir por mi patria sometida y por ti mi bien voy... adiós, /..."

Sixto Recabarren Tohalino, cariñosamente conocido como "Sixtillo", nació en el puerto de Mollendo un 31 de agosto de 1908. Perteneciente a una familia de músicos, es creador –entre otros– del valse "Esclavitud", obra que fue llevada al pentagrama por su vecino Benigno Ballón Farfán. En esta ocasión, transcribimos la letra de su valse más tierno "Canción a mi tierra".

Cantarte tierra mía fue mi sueño,
cantarte como se canta al amor,
cantarte como se canta a la madre
con ese amor profundo sin igual.
Decirte en mi canción con cuanto orgullo
te llevo dentro de mi tierra querida.
Cantar al texao (1) que te engalana
a tu tradición heróica y montonera.
Y cuando el sol decline en el ocaso
y ya mi voz no te pueda cantar
te estrecharé en mis brazos Arequipa
junto a mi corazón, donde tu siempre estás.

No podemos dejar de mencionar a los músicos académicos como don Luis Dunker Lavalle, Manuel Lorenzo Aguirre de la Fuente, Carlos Sánchez Málaga, Roberto Ramírez Zevallos-Ortiz, hijos de "La Ciudad Caudillo", como la llamara Jorge Basadre. Mención aparte merece el moqueguano Mariano Lino Urquieta autor del yaraví "La Despedida".

(1) Flor heráldica, de un hermoso color rojo, propia de la región de
Arequipa.


Tomado del Suplemento Variedades del Diario El Peruano.


sábado, 18 de junio de 2011

FELIPE PINGLO ALVA (4)

VARIEDADES_185.pdf - Adobe ReaderEl plebeyo de ayer, el rebelde de hoy
FELIPE PINGLO ALVA (4)

Por Manuel Acosta Ojeda.

“De vuelta al barrio", "Sueños de opio", "Hayde" y algunos más, son muestra de su capacidad para transformar, conservando. Demostrando además que no existe nada que no esté sujeto al cambio.

Pero el giro más grande, que diera el maestro, sería luego en lo social y filosófico, que "no vino del aire", sino de personajes que como él cambiaron el rumbo de la historia del Perú.

Augusto Ballón Muñoz fue fundador de la primera célula del Partido Comunista, en los Barrios Altos. Él nos contaba cosas muy lindas. Por ejemplo, cuando varios grupos obreros y estudiantiles en 1923 convocaron a una asamblea popular en el local de la Federación de Conductores y Motoristas, en la "Espalda de Santa Clara", en los Barrios Altos. Hubo una concurrencia espectacular. Asistieron entre otros: la Federación de Panaderos "Estrella del Perú"; José Carlos Mariátegui, estudiantes venidos desde Trujillo, Luciano Castillo, Teodomiro Sánchez y otros jóvenes rebeldes de la época. Con 24 años, Pinglo escuchó de pie por primera vez en su vida al Amauta.

Contaba Ballón que la palabra de Mariátegui –corriente marxista– quedó imborrable en la conciencia del joven Felipe. Igualmente lo impresionó el discurso del mártir obrero Delfín Lévano –anarco sindicalista–. Fue una noche auténticamente revolucionaria, pero el debate se fue encendiendo. Lévano y su gente empezaron a retirarse. La palabra del Amauta resonó como un trueno: "¡Compañero Lévano!, ¡somos muy pocos para dividirnos!". La grandeza del mártir entendió. Don Delfín y su gente regresaron. Fuertes aplausos y abrazos los recibieron. Pinglo y Ballón acompañaron emocionados la manifestación.

Felipe Pinglo tuvo oportunidad luego de visitar al Amauta cuando éste vivía en la Calle del Acequión, hoy jirón Huari de los Barrios Altos. También se hizo muy amigo de Pedro Lévano, hermano de Delfín, que vivía en un callejoncito, a media cuadra del cine Odeón en la avenida Manco Cápac. Por aquella época los obreros organizaron una función "En honor y beneficio del amigo del pueblo. Honrado y laborioso trabajador y escritor obrero: Delfín Lévano". Se realizó ésta en la sala Manco Cápac, del antiguo cine Beverly, ubicado en el cruce de la avenida Grau y la avenida Manco Cápac. Fue un sábado 28 de noviembre de 1931. Felipe le preguntó molesto por qué no lo habían considerado en el programa. Pedro Lévano le dio mil excusas y le explicó que la organización lo había distraído. Pinglo insistió en actuar y cantó y tocó fuera de programa.

Como buen ser humano –sensible y solidario– no podía estar de espaldas a los dolores de su pueblo. Esa emoción se haría presente más tarde en:

"El Canillita": "tu pequeñez gigante, tu grandeza de niño, humillan la crueldad";

"Aldeana": "yo soy un rebelde de esta gran mentira que llamamos vida y la muerte da";

"Horas de Amor": "como busca la luz toda verdad aunque la agobié";

"Pobre Obrerita": "y cuando alguien le promete mil grandezas, responde que con su "singer" tiene en el banco un
millón";

"Mendicidad": "tú con tu miseria y con tus harapos, vales más que el oro que el mundo te da";

"Oración del Labriego": "pero si tu nos niegas agua, sol y roció, morirán los labriegos de inanición y sed";

"Jacobo El Leñador": "sus amigos ya no son los que ayer fueron y explotaron ese noble corazón";

"El Plebeyo": "¡¿Señor, porque los seres no son de igual valor?! Pregunta que se ha hecho eterna y sin respuesta.

Tomado del Suplemento Variedades del Diario El Peruano.

Jacobo El Leñador (Los Morochucos)

Mendicidad

viernes, 17 de junio de 2011

FELIPE PINGLO ALVA (3)

VARIEDADES_184.pdf - Adobe ReaderEl Atrevido de Barrios Altos
FELIPE PINGLO ALVA (3)

Por Manuel Acosta Ojeda.

Dos fueron las circunstancias que obligaron a Felipe Pinglo a proponer un cambio –sin precedentes– en nuestros valses y polcas; la primera, la llegada de "la victrola" con un sonido que reproducía la música de los discos de carbón con mayor calidad que su antecesor, el fonógrafo. Este aparato traía consigo sólo música extranjera como el fox-trot, camel trot, charleston, shimmy, cake-walk, jazz, one-step y el tango. La segunda es la aparición de la batería, denominada "jazz bBand", reemplazando la presencia de seis músicos por uno solo.

"En esos días, se llama "jazz-band" a lo que hoy conocemos como batería, es decir, por primera vez nos presentan un bombo, en los aros del cual se dispuso toda una batería de pequeños instrumentos de percusión que habrá de tocar un solo hombre: el baterista. El bombo, la matraca, el tambor chino, platillos, tubo sonoro, cocos, cornetín, más la tarola y el platillo de pie integraban este complejo que al ser accionado producía una intensidad sonora de muchos decibeles (1).

Era el año de 1925 aproximadamente, cuando Felipe conoce en la casa de María Eloísa Urrutia a Hermelinda Rivera Urrutia, con quien contrae matrimonio en la iglesia de San Francisco, el 11 de mayo de 1926, fecha que se maneja por tradición oral, ya que no se ha encontrado documento que confirme este dato.

Sumado a las dos razones expuestas, el cambio de estado civil –suponemos– colaboró con su nueva propuesta melódica.

El "atrevimiento" del maestro vendría primero en el cambio melódico, evolucionando lo tradicional en busca de nuevos sonidos, como podemos notar en:

"Ramito de flores que traes el perfume, que da aroma a la estancia que tiene mi amada beldad..."

Recuerdos míos "Mi loca juventud, que ansiaba los placeres que el mundo le depara..."

Celos "He recorrido el jardín esta mañana, y en sus dominios he encontrado dos huellas..."

Crepúsculo de Amor ¡Silencio! Dije al corazón un día, y él, sumiso, al instante obedeció..."

"Silente yace absorto en mi recuerdo grato, una linda morena que hasta ayer fue mi amor..."

Bouquet "Las flores que he escogido del jardín, las he hecho un bouquet para mi amor..."
"La morena Rosa Luz que es mi beldad, a quien amo con todito el corazón..."

Pasión y odio "Ayer amaba yo, hoy mi pasión es cruel, termina en mí el deseo de amar sin querer..."
"Si pasas por la vera del Huerto de mi amada, al expandir su risa, hacia el fondo verás..."

Tu nombre y el mío "sobre la húmeda arena de la playa, donde dejaste la huella de tu pie..."

Decepción/Astro Rey "La flor que el jardín relievo con su lindo matiz y fragante exhalar..."

Y otros temas que consignaremos la próxima semana, junto con el gran paso al verso filosófico y social.

(1) César Santa Cruz. El Waltz y el valse criollo. 1986 pág. 69.

Tomado del Suplemento Variedades del Diario El Peruano.

jueves, 16 de junio de 2011

FELIPE PINGLO ALVA (2)

VARIEDADES_183.pdf - Adobe ReaderEn el mes de la patria, un patriota mundial
FELIPE PINGLO ALVA (2)

Por Manuel Acosta Ojeda.

La historia de la vida y obra del cantor iluminado se reescribe libro tras libro; empezó don Aurelio Collantes y hasta hoy continúa, ojalá prosiga.

Dentro del complicado proceso histórico vivido durante el Gobierno de Augusto B. Leguía, el pequeño Felipe culminaba su educación primaria a finales de 1911.

En la ficha de matrícula del Colegio Nuestra Señora de Guadalupe del año 1912, aparece como apoderado el nombre de Felipe Pinglo Meneses, dato algo extraño; pues aunque no conocí al "maestro", tuve amistad con sus mejores amigos, Víctor Correa Márquez, Eugenio y José Díaz, Nicolás "el cholo" Enríquez, Manuel "el mono" Olivos, Augusto Ballón, Guillermo D'Acosta, José Moreno, Pedro Mina, menos con Samuel Joya quien ya había fallecido; ellos decían no conocer, ni tener noticias de los Pinglo Meneses, con excepción de la tía "Venturita".

Al año siguiente, es su tía María Gonzales, viuda de Alejandro Pinglo Meneses, quien lo matrícula nuevamente en primero de secundaria, año que no desaprobó, sino que por razones no conocidas no lo culminó.

1914 es el año que marca su alejamiento de los estudios secundarios, lo que coincide con su encuentro con Víctor Correa, quien con 20 años tocaba la guitarra y cantaba muy bien. Es posible que los conciertos de las "Retretas" –bandas de músicos militares– integrados por magníficas melodías de los grandes maestros europeos, mucho más elaboradas que las nuestras y que transcurren paralelos a la infancia de Felipe, hayan despertado y estimulado las condiciones musicales con las que había nacido. Este muchacho de 14 años convierte en ídolo al primer músico que conoce, auto matriculándose como el alumno exclusivo del autor de "En ti pensé".

La razón principal por la que Felipe se "cimarroneaba" (1) de su casa, era la creencia de que los niños varones que se criaban entre mujeres, terminaba siendo "afeminados".

Su apego a Correa Márquez lo inició en el aprendizaje de la guitarra y en la voluntad del canto. Un día Víctor me contó que Felipe era un jovencito muy extraño, que no lograba entender, ya que no se perdía los ensayos del grupo musical conformado por laúdes, mandolinas, bandurrias, guitarras, llamado "La Rondalla" del que Víctor era integrante; Felipe repetía en su "rondín" las melodías que había escuchado, exactamente como se tocaron en el ensayo del día anterior. "Mas, al día siguiente, ya se había olvidado de lo aprendido, tocaba cosas muy bonitas, se parecía mucho a lo ejecutado por nosotros, pero no era igual, indudablemente algo le pasaba, le fallaba, a ese muchacho" (2).

Víctor no podía entender que Felipe no quería repetir lo que había escuchado. El creador que tenía dentro de sí, le obligaba a hacer lo que se conoce como "variaciones sobre un tema". Estaba haciendo sus propios "arreglos musicales" de las obras aprendidas, con sólo 16 años.

Su primera creación data de 1917, titulada "Amelia", canción sencilla sin cambiar el estilo de la época que fuera impuesto por Seferino Vergara, Manuel Covarrubias, Víctor Correa, aunque este último decía que la melodía del valse

"Amelia", fue tomada en gran parte de una obra musical interpretada en las Retretas.

Los problemas sociales de Lima y del Perú, deben haber influido en la formación artística del joven Felipe. Desde 1905 ya habían problemas por la lucha de las 8 horas, este año muere asesinado en el Callao, el primer héroe obrero: don Florencio Aliaga.

La Revolución Rusa en 1917, en 1919 la total "Conquista del Pan", la crisis económica por el término de la Primera Guerra Mundial, fueron sucesos que cambiaron el curso de la historia.

(1) De cimarrón: esclavo que escapaba del inhumano
trato del patrón. (2) Entrevista personal con Víctor Correa

Tomado de la Revista Variedades del diario El Peruano.

miércoles, 15 de junio de 2011

FELIPE PINGLO ALVA (1)

VARIEDADES_182.pdf - Adobe ReaderDE VUELTA AL BARRIO
Felipe Pinglo Alva (1)

Por Manuel Acosta Ojeda.

Sus padres fueron don Felipe Pinglo Meneses y doña María Florinda Alva, quienes vivían en la calle El Prado Nº 563, donde actualmente es la cuadra 14 del Jr. Junín, a media cuadra de "5 esquinas", lugar donde confluyen los jirones Huari, Calle Ancha – hoy Felipe Pinglo–, Virrey Toledo y los Naranjos.

Esta madura pareja -ella de 28 años y él de 48- se casó en la Parroquia de Santiago del Cercado, el 4 de agosto de 1898. Un dato curioso es que los padrinos fueron San José y la Santísima Virgen María (1), actuando como testigos Luis Duncan y Gustavo Sabrozo.

Sus abuelos paternos fueron Felipe Pinglo Panta, (1814) y María de los Santos Meneses Ordóñez, (1823) ambos de Sechura, Piura, los que tuvieron 8 hijos: Alejandro, María Juana, Felipe, Ventura, Federico, Germán, Manuel y Gregoria.

Sus abuelos maternos, Liberato Alva y Victoria Casas, como consta en la partida de matrimonio de los padres de F.P.A (2)

La salud de su madre se resquebrajó a los pocos minutos de dar a luz; en la carta escrita por Pinglo Meneses dice que tuvo un ataque de preclancia, peritonitis, asma, pero en el acta de defunción dice uremia. Es posible que esta sea la última enfermedad que sufrió. El 23 de julio tras una leve mejoría que no duraría mucho recién pudo abrazar a su pequeño Felipe, –quien estuvo bajo los cuidados de su tía Venturita desde que nació–. El día 25 de julio de 1899 fallece doña María Florinda, en la calle El Prado Nº 500.

En su partida de nacimiento Nº 157 se puede leer: "Felipe Federico" del día 16 de agosto de 1899, pero en la partida de Bautismo del Arzobispado de Lima Nº 33400, con fecha 3 de setiembre del mismo año, aparece recién el nombre de Julio. Lo cierto es que pudo llamarse Pedro o Juan, pues lo importante no es su nombre, sino su obra.

Debido al gran dolor que produjo en Felipe padre, la muerte de su amada, es su hermano Federico de 39 años, domiciliado en jirón Junín 502, quien inscribe en los "Registros del Estado Civil" a F.P.A, con una carta donde el padre le confiere pleno poder.

Su infancia fue muy confusa, la muerte de su madre, el alejamiento de su padre, la crianza sobreprotectora de sus tías Venturita y Gregoria, su constante cambio de colegios, la dolorosa reconstrucción del trauma económico y psicológico que nos dejara la humillante y ominosa invasión de las tropas chilenas, el inicio de la lucha por las 8 horas de trabajo diarias, la palabra contundente y justa de don Manuel González Prada, el inicio de los conflictos que terminarían en la Primera Guerra Mundial.

Nuestro personaje es una muestra de cómo la imaginación de un creador puede traducir casi fielmente sensaciones de un placer o un dolor que no ha experimentado personalmente como es el caso de "Sueños de opio", "El espejo de mi vida", "¡Oh! Dulce niñez.

¡Oh! dulce niñez
Época feliz, edad del placer
Canto a aquellos días que jamás han de volver,
Niñez ideal, todo es un soñar,
La ilusión traviesa juguetea con afán.

(1) Zanutelli, Manuel, 1993:3
(2) Felipe Pinglo Alva

Tomado de la Revista Variedades del diario El Peruano.


martes, 14 de junio de 2011

ROSA MERCEDES AYARZA


LA "ROSA" DE COLOR MORENO
Rosa Mercedes Ayarza

VARIEDADES_181.pdf - Adobe Reader

Por Manuel Acosta Ojeda.

Sin el arduo trabajo de recopilación realizado por ella, se hubieran perdido para siempre bellas melodías y letras populares del siglo XIX.

La ciudad de Lima y gran parte del Perú estuvo ocupada por la soldadesca chilena hasta 1884, estos saquearon e incendiaron todas las bibliotecas y museos que encontraron a su paso, perdiéndose para siempre no sólo libros, documentos y partituras, sino también tesoros arqueológicos. En medio de esta tragedia, el 8 de julio de 1881 viene al mundo una niña a la que bautizan con los nombres de Rosa Mercedes, en el seno de una familia de la aristocracia limeña, residente en la cuadra 7 de jirón Ica, del barrio de San Sebastián, que debe su nombre a la iglesia ubicada en los jirones Ica y Chancay. Hija de don José Ayarza, pianista y cantor arequipeño.

Su infancia transcurrió paralela a la muy dura y lenta Reconstrucción Nacional; el Perú estaba en bancarrota. Fue una época en que los peruanos sin distinción de clases sociales sufrieron la misma impotencia, rabia, vergüenza, pobreza y el mismo dolor. Esto fenómeno social sería la razón de su cariño por las voces populares, que años más tarde se consolidaría pasando de la recopilación a la creación de obras musicales costeñas.

Se sabe que el 28 de setiembre de 1889, a los 8 años de edad, ofreció su primer recital de piano en el teat

ro Politeama, situado en la cuadra 2 del jirón Lampa, cerca de la iglesia de San Francisco, escenario famoso por ser tribuna de Manuel González Prada.

Su rescate de la tradición popular empezaría después de conocer a don Abelardo Gamarra, enamorándose cada vez más de las zamacuecas, mozamalas, tonderos, pregones, etcétera. Con el paso de los años, mientras acumulaba sus recopilaciones, iba perdiendo el temor de enfrentarse al "qué dirán" de una Lima conservadora, en la que no se concebía que una señorita "bien" guste de música de negros y cholos.

En todos los documentos que hemos leído sobre nuestro personaje, como si fuera un galardón, se señala que era hermana de Alejandro –"Karamanduca"–, cuyo mérito principal fue ser caudillo de un grupo que causaba desórdenes, alboroto y zozobra, como su mismo nombre lo indica: "La Palizada(1)". Me atrevo a esta afirmación, pues conocí a los dos hermanos, de personalidades totalmente opuestas. Ella irradiaba mucha simpatía.

Movido por la curiosidad, una vez le pregunté a Elías Ascuez cómo era la señorita Rosa Mercedes, me contestó que los había invitado un par de veces y que era muy atenta, que los atendía con té y bizcotelas y un pago por la entrevista; pero que cuando empezaban a cantar con Augusto y la guitarra de Pancho Agüero, ella se ponía a escribir cartas sobre el piano. Lo que ignoraba Elías era que la música podía escribirse en un papel.

A pesar de su formación musical itálica, consiguió acercarse mucho a las inflexiones que le dan el sabor a la canción del negro peruano. Lamentablemente, en la escritura musical occidental no existen grafías que representen "esos" requiebros afrodescendientes y andinos, lo que motivó que los cantores populares las dejaran de cantar, pues no las sentían suyas.

En la mozamala que consignamos, se puede apreciar el modo de hablar de su creador, el negro peruano.

La Rosa y el Clavel

Y salieron a bailar la rosa con el clavel
La rosa estaba encarná y el clavel ya por morir
Y de los dos que bailaban, ay que tentación
La rosa se deshojaba y el clavel no.

Y salieron a bailar y a cual bailaba mejor
Y la rosa aprisioná lucía más su esplendor
Y de los dos que bailaban, ay que tentación
La rosa se deshojaba y el clavel no.

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(1) Modismo referido a la crecida y desborde del río, que traía consigo palos, rocas, lodo. Grito de alarma.

Tomado de la Revista Variedades del diario El Peruano.