DE VUELTA AL BARRIO
Felipe Pinglo Alva (1)
Por Manuel Acosta Ojeda.
Sus padres fueron don Felipe Pinglo Meneses y doña María Florinda Alva, quienes vivían en la calle El Prado Nº 563, donde actualmente es la cuadra 14 del Jr. Junín, a media cuadra de "5 esquinas", lugar donde confluyen los jirones Huari, Calle Ancha – hoy Felipe Pinglo–, Virrey Toledo y los Naranjos.
Esta madura pareja -ella de 28 años y él de 48- se casó en la Parroquia de Santiago del Cercado, el 4 de agosto de 1898. Un dato curioso es que los padrinos fueron San José y la Santísima Virgen María (1), actuando como testigos Luis Duncan y Gustavo Sabrozo.
Sus abuelos paternos fueron Felipe Pinglo Panta, (1814) y María de los Santos Meneses Ordóñez, (1823) ambos de Sechura, Piura, los que tuvieron 8 hijos: Alejandro, María Juana, Felipe, Ventura, Federico, Germán, Manuel y Gregoria.
Sus abuelos maternos, Liberato Alva y Victoria Casas, como consta en la partida de matrimonio de los padres de F.P.A (2)
La salud de su madre se resquebrajó a los pocos minutos de dar a luz; en la carta escrita por Pinglo Meneses dice que tuvo un ataque de preclancia, peritonitis, asma, pero en el acta de defunción dice uremia. Es posible que esta sea la última enfermedad que sufrió. El 23 de julio tras una leve mejoría que no duraría mucho recién pudo abrazar a su pequeño Felipe, –quien estuvo bajo los cuidados de su tía Venturita desde que nació–. El día 25 de julio de 1899 fallece doña María Florinda, en la calle El Prado Nº 500.
En su partida de nacimiento Nº 157 se puede leer: "Felipe Federico" del día 16 de agosto de 1899, pero en la partida de Bautismo del Arzobispado de Lima Nº 33400, con fecha 3 de setiembre del mismo año, aparece recién el nombre de Julio. Lo cierto es que pudo llamarse Pedro o Juan, pues lo importante no es su nombre, sino su obra.
Debido al gran dolor que produjo en Felipe padre, la muerte de su amada, es su hermano Federico de 39 años, domiciliado en jirón Junín 502, quien inscribe en los "Registros del Estado Civil" a F.P.A, con una carta donde el padre le confiere pleno poder.
Su infancia fue muy confusa, la muerte de su madre, el alejamiento de su padre, la crianza sobreprotectora de sus tías Venturita y Gregoria, su constante cambio de colegios, la dolorosa reconstrucción del trauma económico y psicológico que nos dejara la humillante y ominosa invasión de las tropas chilenas, el inicio de la lucha por las 8 horas de trabajo diarias, la palabra contundente y justa de don Manuel González Prada, el inicio de los conflictos que terminarían en la Primera Guerra Mundial.
Nuestro personaje es una muestra de cómo la imaginación de un creador puede traducir casi fielmente sensaciones de un placer o un dolor que no ha experimentado personalmente como es el caso de "Sueños de opio", "El espejo de mi vida", "¡Oh! Dulce niñez.
¡Oh! dulce niñez
Época feliz, edad del placer
Canto a aquellos días que jamás han de volver,
Niñez ideal, todo es un soñar,
La ilusión traviesa juguetea con afán.
(1) Zanutelli, Manuel, 1993:3
(2) Felipe Pinglo Alva
Tomado de la Revista Variedades del diario El Peruano.
Linda canción, otra hermosa composición del maestro Felipe Pinglo.
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