El plebeyo de ayer, el rebelde de hoy
FELIPE PINGLO ALVA (4)
Por Manuel Acosta Ojeda.
“De vuelta al barrio", "Sueños de opio", "Hayde" y algunos más, son muestra de su capacidad para transformar, conservando. Demostrando además que no existe nada que no esté sujeto al cambio.
Pero el giro más grande, que diera el maestro, sería luego en lo social y filosófico, que "no vino del aire", sino de personajes que como él cambiaron el rumbo de la historia del Perú.
Augusto Ballón Muñoz fue fundador de la primera célula del Partido Comunista, en los Barrios Altos. Él nos contaba cosas muy lindas. Por ejemplo, cuando varios grupos obreros y estudiantiles en 1923 convocaron a una asamblea popular en el local de la Federación de Conductores y Motoristas, en la "Espalda de Santa Clara", en los Barrios Altos. Hubo una concurrencia espectacular. Asistieron entre otros: la Federación de Panaderos "Estrella del Perú"; José Carlos Mariátegui, estudiantes venidos desde Trujillo, Luciano Castillo, Teodomiro Sánchez y otros jóvenes rebeldes de la época. Con 24 años, Pinglo escuchó de pie por primera vez en su vida al Amauta.
Contaba Ballón que la palabra de Mariátegui –corriente marxista– quedó imborrable en la conciencia del joven Felipe. Igualmente lo impresionó el discurso del mártir obrero Delfín Lévano –anarco sindicalista–. Fue una noche auténticamente revolucionaria, pero el debate se fue encendiendo. Lévano y su gente empezaron a retirarse. La palabra del Amauta resonó como un trueno: "¡Compañero Lévano!, ¡somos muy pocos para dividirnos!". La grandeza del mártir entendió. Don Delfín y su gente regresaron. Fuertes aplausos y abrazos los recibieron. Pinglo y Ballón acompañaron emocionados la manifestación.
Felipe Pinglo tuvo oportunidad luego de visitar al Amauta cuando éste vivía en la Calle del Acequión, hoy jirón Huari de los Barrios Altos. También se hizo muy amigo de Pedro Lévano, hermano de Delfín, que vivía en un callejoncito, a media cuadra del cine Odeón en la avenida Manco Cápac. Por aquella época los obreros organizaron una función "En honor y beneficio del amigo del pueblo. Honrado y laborioso trabajador y escritor obrero: Delfín Lévano". Se realizó ésta en la sala Manco Cápac, del antiguo cine Beverly, ubicado en el cruce de la avenida Grau y la avenida Manco Cápac. Fue un sábado 28 de noviembre de 1931. Felipe le preguntó molesto por qué no lo habían considerado en el programa. Pedro Lévano le dio mil excusas y le explicó que la organización lo había distraído. Pinglo insistió en actuar y cantó y tocó fuera de programa.
Como buen ser humano –sensible y solidario– no podía estar de espaldas a los dolores de su pueblo. Esa emoción se haría presente más tarde en:
"El Canillita": "tu pequeñez gigante, tu grandeza de niño, humillan la crueldad";
"Aldeana": "yo soy un rebelde de esta gran mentira que llamamos vida y la muerte da";
"Horas de Amor": "como busca la luz toda verdad aunque la agobié";
"Pobre Obrerita": "y cuando alguien le promete mil grandezas, responde que con su "singer" tiene en el banco un
millón";
"Mendicidad": "tú con tu miseria y con tus harapos, vales más que el oro que el mundo te da";
"Oración del Labriego": "pero si tu nos niegas agua, sol y roció, morirán los labriegos de inanición y sed";
"Jacobo El Leñador": "sus amigos ya no son los que ayer fueron y explotaron ese noble corazón";
"El Plebeyo": "¡¿Señor, porque los seres no son de igual valor?! Pregunta que se ha hecho eterna y sin respuesta.
Tomado del Suplemento Variedades del Diario El Peruano.
Jacobo El Leñador (Los Morochucos)
Mendicidad
No hay comentarios:
Publicar un comentario