MARIANO MELGAR VALDIVIESO
El primer autor criollo
Por Manuel Acosta Ojeda.
El poeta arequipeño no sólo fue un revolucionario patriota, Mariano Melgar fue también el iniciador de la música criolla en el naciente Perú. Sus creaciones, llenas de romanticismo, expresan un sentimiento profundo y propio.
Por 1940 se sabía muy poco de él en Lima, para los niños de esa época era como un sueño, parecía una leyenda, no había certeza ni de la fecha de su nacimiento. Ahora podemos decir que nació el 10 de agosto de 1790, siendo bautizado el 12 del mismo mes, ya que un recién nacido tenía que recibir este sacramento antes de los tres días, so pena de quedarse "moro".
Muchos dudan sobre su calidad musical, a lo que Juan Carpio Muñoz responde con referencias históricas: que el maestro Francisco Tomás de Quiroz le enseñó a tocar la vihuela y el órgano; que Arndt von Gavel encontró en el archivo de la Sociedad Musical de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Arequipa un miserere cuya música y letra lleva impreso el nombre de Mariano Melgar.
Ten mi Dios, mi bien, mi amor,
misericordia de mí,
ya me ves postrado aquí
con penitente dolor...
Para luego continuar con la décima número XII: "No me arrojéis enojado/ de tu presencia
Señor...".
Su mayor aporte fue a la literatura, sin recibir muchos elogios, la única obra que él ve publicada sería la fábula: "El ruiseñor y el calesero" (1813) en el diario limeño El Investigador donde manifiesta su posición ideológica, al denunciar la manipulación de la conducta popular por las clases dominantes. Eran tiempos de ebullición social libertaria, atravesando el país por una anarquía política.
1827 es el año en que empiezan a salir a la luz las obras de nuestro Precursor de la Independencia. "Carta a Silvia" –publicación póstuma en Ayacucho– fue su tarjeta de presentación como escritor, pues ya era conocido por entregar su vida en busca de nuestra Independencia y a partir de allí se le tituló como: "El Poeta Mártir".
José de la Riva Agüero lo califica como un "caso curioso en la literatura peruana", a lo que José Carlos Mariátegui responde: es "el
primer momento peruano de esta literatura", “el primer momento peruano de esta literatura”. Luis Alberto Sánchez respalda también a Melgar y afirma: "Si se insiste en menospreciar al poeta por imperfecto, se comete craso error. Cualquiera fuese su torpeza expresiva, le salva su valentía temática. Él rompe las trabas coloniales. Exalta a la mujer. Se entrega a la patria" (1).
Sin mala intención se ha presentado a Melgar como el creador del Yaraví, a lo que anotamos que él jamás utilizó este título y que esta forma de canto existía mucho antes, sólo con el nombre de "canción". La palabra Yaraví sería recién de 1862 y "responde a un afán taxonómico y nominalista de algunos eruditos y viajeros como Antonio Pereyra y Ruíz, Mateo Paz Soldán que basados en el parentesco musical y literario de las antiguas canciones con los Harawis Incaicos las 'bautizaron' como Yaraví" (2).
El celador mayor –el pueblo–, a través de la tradición oral, cuida y transforma a sus gustos y necesidades la herencia artística. Es por eso que la "canción" "Pues no pueden mis clamores", convertido al yaraví "Constancia" se llevó al disco reducido y con variaciones en su letra, por los hermanos Neves Govea y así quedó.
Pues no pueden mis clamores,
mis ansias, ni mis suspiros,
cruel, ablandarte;
Llegará el día fatal
en que puedan mis desgracias
horrorizarte.
Insensible a mis querellas
has nublado mi existencia
en esa mañana;
y contenta con mi llanto
con mis martirios y penas,
vives huraña.
¡Ay! si después de la muerte
Allá, dentro del sepulcro
amor reinara,
desde allí cual fiel amante
–Silvia mía, encantadora–
reunido con los muertos
yo te adorara.
(1) Sánchez, Luis Alberto, La literatura peruana T. III. Ed.
Juan Mejía Baca. Lima Perú 1981, p. 766
(2) Carpio Muñoz, Juan Guillermo, El yaraví arequipeño.
Arequipa 1976, p.29
¡Que hermosura de canción, mi querido MAO, alma pura, prístino sentimiento. ¡Cómo pasan los tiempos!. Las mayorías hoy día, se embelesan con ritmos extraños, para mi concepto carentes de sentido...! Sus razones tendrán...yo tengo la mía: Nuestra canción, cualquiera, la criolla y/o la andina es mejor que aquellas. Un gran abrazo criollo y piuranazo: Rolando "El Mote" Ramírez Vásquez
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