Nicomedes Santa Cruz, hace mención a la Marinera del Maestro “Cuando este bajo una loza” como una de las "buenas Marineras" que existen, para solaz de los buenos aficionados y estímulo de nuevos compositores.
A continuación un extracto del libro:
Obras Completas II. Investigación"
(1958-1991) - Nicomedes Santa Cruz
"…
7.2.12. Tres marineras
Desde los lejanos días en que mi abuelo por línea materna, el Maestro y artista pintor don José Milagros Gamarra, componía “zamacuecas” –allá por 1875-; hasta los años veinte, en que llegó al pináculo de la fama don Manuel Quintana “El Canario Negro”, era cosa común y corriente componer, y aún improvisar, una marinera. Hablo de la incomparable Marinera de Lima con su Resbalosa y Fuga.
En estos últimos treinta años, son pocos los compositores que incursionaron en esos terrenos; y poquísimos, contados con los dedos de la mano, los que lograron una obra aceptable en técnica, originalidad y sabor. Cuando no recopilaron, plagiaron –y hasta registraron como propio- lo que pertenece al folklore tradicional y anónimo. Otros crearon ‘estilizaciones’ de escaso o ningún valor. Y algunos, reestructurando lo ya conocido, hicieron marineras sin resbalosa, o con resbalosa y sin fuga.
A los buenos aficionados, y a los nuevos compositores limeños, ofrezco estas tres versiones de buenas Marinera, Resbalosa y Fuga. Para solaz de los primeros y estímulo de los segundos. Y para que no muera nuestra Danza Representativa, nuestro Baile Nacional.
“Cuando este bajo una loza”
(Marinera, Resbalosa y Fuga de Manuel Acosta Ojeda). Lima, 1964.
I
Cuando esté bajo loza
no lloren porquen me muera
cántenme, mi Marinera
Y después, la Resbalosa
II
En lugar de rosarios
quiero un “palmero”,
y en lugar de mantillas
quiero pañuelos.
III
Quiero un “palmero”, sí:
“Sube a la palma”
quisiera oir, ya muerto,
con toda el alma.
(Resbalosa)
Quisiera que la tapa
de mi ataúd
la dejaran abierta
para escuchar
el rumor de mi Rimac,
como un laud,
como un canto materno
me hará soñar.
Y si acaso, algún día,
algún criollo
no tuviera cajón
para jaranera,
pongan mis tristes huesos
en cualquier hoyo
y con mi negra caja
podrán tocar.
(Llamada)
¡Écheme pisco,
no me echen agua bendita...!
(Fuga)
Que no me echen tierra,
me hace estornudar;
ni tampoco flores,
que me hacen llorar.
Échenme aguardiente
para recordar
los labios y copas
que voy a dejar.
Manuel Acosta Ojeda sobre Nicomedes Santa Cruz
Tomado de la siguiente página web http://audio.urcm.net/Nicomedes-Santa-Cruz-el-maximo
Manuel Acosta Ojeda, destacado cantautor peruano y criollo de pura cepa, Santa Cruz ha demostrado que las cadenas de la ignorancia pueden llegar a romperse, pues sin haber pisado nunca universidad o instituto alguno, Nicomedes hizo de su vida una clase magistral: “Yo lo escuchaba hablar en más de tres idiomas, inglés, francés y japonés, tenía cientos de libros y de hecho todos los leía, así supo de Nietzsche, de Marx o de Schopenhauer”
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