JAVIER HERAUD
El que cambió un río
Por Manuel Acosta Ojeda
Fue un joven precoz que habló de temas universales y profundos. Así definen a Javier Heraud, un poeta que marcó con fuego a Madre de Dios y a su generación. A su memoria la gran Chabuca Granda le dedicó unos versos.
Desde el 15 de mayo de 1963, el río Madre de Dios -Amaru Mayu- no es el mismo. La sangre del niñopoeta Javier Heraud anidó en su cauce y se extendió hasta sus riberas y sus glóbulos rojos de poesía, penetraron en las venas de la gente honesta de Puerto Maldonado.
Han pasado casi 48 años y su voz aún canta entre los árboles y el río. El apellido de Javier se pronuncia “Eró” y el pueblo, instintivamente, le llama: Javier “Heróe”. Tuve el honor de conocer su tumba, el 15 de mayo de 1991; cuando el alcalde era Raúl Ramos, un piurano, que se enamoró del lugar y se quedó.
Recuerdo con mucha nostalgia dicha visita. Llegó, desde Cusco, el grupo teatral Máscaras y así, entre narradores, pintores, músicos, poetas, actores y público en general, nos dirigimos en completo silencio -señal de respeto- hasta su tumba, donde se había organizado una romería. Cientos de ojos fijos sobre los pétalos que iban cubriendo su casa de barro y coraje, “entre pájaros y flores”, desde donde Javier sigue haciéndonos pensar.
El 13 de mayo, Javier y su “inmenso ejército” de siete jovenzuelos, ingresaron por la frontera con Bolivia, llegando a la ciudad de Puerto Maldonado por el río. Lógicamente,
cansados, se alojaron en el hotelito “Chávez”, que hasta ahora existe.
A las siete de la noche, salieron a buscar alimentos. La barba crecida y la extraña ropa, llamaron la atención de la policía que los detuvo y los llevó hacia la comisaría para
interrogarlos, pues se dice que estaban sin documentos. Jóvenes y fuertes, huyeron hacia el monte. El día 15, fueron descubiertos sobre una canoa, la que fue teñida de balas. A
pesar de alzar un polo blanco en señal de paz, desde una lancha a motor, dispararon contra los tres jóvenes desarmados. Ya en la orilla, descubrieron que el muerto era Javier Heraud Pérez, nacido el 19 de enero de 1942, en Miraflores-Lima.
Que estudió en el colegio Markham. Que a los 15 años, ya era profesor de historia y geografía en el colegio Tomás Marsano Carbajal y profesor de Literatura en el legendario Guadalupe. Que a los 17 años fue catedrático auxiliar de Literatura en la Universidad Católica. El titular era Luis Jaime Cisneros, quien solicitó a sus alumnos “ficheros” sobre
literatos del Perú y el mundo. Javier llevó ¡140 fichas!, Luis Jaime le dijo: “Has leído más que yo”.
Que publicaba en El Comercio los domingos: “Comentarios de qué leer”, sobre cinco libros cada vez y los martes, en la página 2, escribía sobre los Premios Nobel de Literatura. Todo ello sin su nombre, con el pretexto de que era menor de edad.
Que en 1961, corrigió en El Comercio, la traducción de una obra literaria en inglés hecha por Luis Alberto Sánchez, publicada en el diario La Prensa, donde por primera vez ve impreso su nombre.
Que ganó una beca para estudiar cine en La Habana, Cuba, adonde viajó el 28 de marzo de 1962.
A su memoria, Chabuca Granda -interrumpiendo la línea temática de sus canciones- escribe unos versos con ritmo de valse, influenciada por los poetas Antonio Cisneros, Reynaldo Naranjo, César Calvo y Juan Gonzalo Rose.
LAS FLORES BUENAS (valse)
Óyeme, hermano,
contesta hasta mi sombra,
qué piensas de la muerte que te dimos y del frío.
La sangre que entregaste nos ahoga
desde el fondo del tiempo y tu canoa.
Ay, hermano, si pudiera suplicarte,
suplicarte tan fuerte que volvieras
desde un triste tañer, joven ausente.
Alerta estoy a tu costado abierto,
inmolada paloma solitaria, ay,
deja mirar tu río cuando vuelva,
aquel que me promete tus flores de poeta,
las sombras, los silencios, los dolores
lloran aún más hondo al recordarte
haciendo guerra con tus flores buenas.
Puerto Maldonado, es tal vez la ciudad peruana donde se cultiva más la poesía. Muestra de esto, es la convocatoria de la Senaju, para el Premio Nacional Juvenil de poesía Javier Heraud, con el apoyo de la Municipalidad Provincial de Tambopata, que el 31 de marzo cierra sus inscripciones, teniendo como fecha de entrega de premios el 15 de mayo, día en que se conmemora su muerte.
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Tomado del Suplemento Variedades del diario El Peruano (29/03/2011).
Excepcional la versión de Miryam Quiñones
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