jueves, 19 de mayo de 2011

IV BATALLA DE LA CANCION COSTEÑA


APOGEO Y GLORIA

BATALLA DE LA CANCIÓN COSTEÑA (4)

Por Manuel Acosta Ojeda.

La presencia de la radio significó una revolución en la música peruana. Las emisoras organizaron concursos en busca de nuevas voces de la canción criolla y surgieron también nuevos compositores que enriquecen el cancionero.

Durante el primer gobierno de Manuel Prado (1939-1945), Radio Nacional del Perú fue verdaderamente cultural, a través de las primeras obras de radioteatro de alta calidad adaptadas mediante libretos escritos por Alberto Tauro del Pino y Augusto Tamayo Vargas. Don Juan Tenorio y El convidado de piedra del español José Zorrilla fueron algunas de las muchas muestras teatrales entregadas al público, gracias a la magia de la radio.

Empezaron los famosos concursos en busca de voces nuevas, los triunfadores se sumaron a los ya reconocidos interpretes del cantar costeño, como Jorge y Ángel del Dúo Costa y Monteverde, Los hermanos Govea, Ricardo y Alejandro, "La Limeñita y Ascoy" de los hermanos Rosa y Alejandro, "Las Criollitas" Eloísa Angulo y Margarita Cerdeña, Jesús Vásquez, Carlos Inga Segovia, Alejandro Cortés, Esther Cornejo, María Jesús Jiménez, Yolanda Matos, Javier Gonzales, Delia Vallejos, Humberto Sánchez, Yolanda Vigil, entre muchos heroicos artistas que abrieron las puertas a los que luego serían ídolos con ingentes ingresos económicos en la llamada Época de Oro de la Canción Criolla (1950-1960).

Cabe señalar que nuestro cancionero se enriquece con la presencia de autores ilustrados, que entienden, gracias a Pinglo, que el valse puede ser poesía: Serafina Quinteras, Amparo Baluarte, César Miró, Sixto Prieto. Luego los "jovencitos" Laureano Martínez, Lorenzo H. Sotomayor, Augusto Rojas, Francisco Reyes Pinglo.

La tecnología permite que los micrófonos reproduzcan, cada vez con mayor fidelidad, los sonidos que receptan, permitiendo que los instrumentistas digiten con mejor calidad y velocidad al no tener que emplear la fuerza de antaño, igualmente en el caso de las voces, se mantienen los tonos altos, bajando la intensidad y permitiendo a la "media voz" transmitir mejor la ternura que quiso comunicar el autor.

Un ejemplo claro de lo que afirmamos es el tardío triunfo del Trío Los Morochucos, Augusto Ego-Aguirre, Alejandro Cortés y Óscar Avilés, que grabaron en 1949, año en que debutan en Radio Central, pero recién se apreció su calidad por el año 1955.

A comienzos de 1951 se inaugura la fábrica de discos Industrial Sonoradio, siendo el valse "Un solo corazón" muy llenito de ilusiones tengo el corazón, que tus besos y caricias han forjado...", de Erasmo Díaz Yuiján, el primero en ser grabado en un disco de carbón de 78 RPM; en el lado "b", un valse de Rodolfo Coltrinari cantaba la hermosa voz de Roberto Tello, acompañada por la Orquesta Coltrinari-Rullo. Estos discos tenían capacidad sólo para tres minutos de grabación, motivo por el cual los nuevos autores se vieron en la necesidad de crear composiciones adecuándose a este patrón y las canciones de la Guardia Vieja eran recortadas a ese espacio.

Ese año viene personalmente Dámaso Pérez Prado, uno de los creadores del mambo, ritmo que alteró la historia musical de América Latina. En la Plaza de Acho del Rímac se lleva a cabo un "campeonato mundial de Mambo", que fue ganado por una pareja de jóvenes negros de Surquillo. Paralelamente nos llega el rock and roll, causando furor.

Recordamos que si bien los jóvenes de esa época, cholitos y zambitos, bailábamos el mambo y los blanquitos o aspirantes a blancos, bailaban el rock and roll, nuestras defensas culturales eran muy fuertes y estos ritmos fueron desapareciendo a medida que el valse se iba agigantando.

Por esta época triunfa el trío Los Embajadores Criollos, Rómulo Varillas, Carlos Correa y Alejandro Rodríguez, en apoteosis, hasta hoy no repetida. Luego los Troveros Criollos, Luis Garland Llosa y Jorge Pérez; Los Romanceros Criollos, Julio Álvarez, Guillermo Chipana y Lucas Borja; Los Chamas, Washington y Rolando Gómez con Humberto Pejovez; Fiesta Criolla, Pancho Jiménez, Humberto Cervantes y Oscar Avilés, Los Kipus, Carmen Montoro, Paco Maceda y Genaro Ganoza, el último de los grandes conjuntos criollos.

Tomado de la Revista Variedades del diario El Peruano.

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